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Necrológica:NECROLÓGICAS | EN MEMORIA DE MANUEL GIMÉNEZ ABAD
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Manolo, amigo

Manolo, amigo

No querría escribir estas palabras. No querría hablar en pasado. Pero escribo estas palabras y empiezo a hablar en pasado. Quizá por ello continúe estas líneas. Porque no admito saber que mañana no te veré. Porque no quiero alimentarme sólo de la memoria. Sí. Por todo ello escribo estas líneas. Para decir algo de lo que fuiste y de lo que serás. Para mí y para tus amigos.

Amigo en el Parlamento y amigo en la calle. Compañero en los silencios y en las palabras. Contigo empecé a trabajar. Contigo dirigí por primera vez mi mirada a esta pasión que el tiempo hizo común, el Parlamento. El Parlamento como representación suprema de la democracia, como expresión de la autonomía que tanto te ilusionaba. Contigo aprendí la mesura como virtud, la prudencia como disciplina, el respeto como norma. Pero contigo no sólo aprendí en los muros de la Aljafería. Contigo aprendí también en la calle. La amistad como ejercicio. La amistad como un camino largo y fecundo. La amistad como encuentro y desencuentro. Y Contigo reforcé mi pasión por la libertad. No me es posible pensar en tí y no asociarte a tu libertad para vivir, para pensar. La libertad como vida y como mirada. Amistad, libertad. Demasiado como para pensar que todo es territorio del ayer.

Son horas para el recuerdo. Para llenar el paisaje de tantas cosas que hicimos juntos. Cenas, fútbol, amigos, excursiones y, sobre todo, palabras. Porque la nuestra fue una amistad basada sobre todo en la palabra. En la palabra como cauce de ideas y emociones, de ideas y emociones que todo lo podían, porque a todo llegaban. De la palabra como silencio. Porque todos los que trabajamos contigo conocimos de tus silencios. De unos silencios que eran comienzo de las más largas conversaciones. Conversaciones forjadas por palabras que siempre fueron sinceras. Que nunca ocultaron la verdad. Incluso cuando no te gustaban. Cuando no me gustaban.

Pero no quiero recordar. Porque recordar es mirar al pasado. Y tienes que saber que yo, que Pilar, Ramón, Ana, Dolores, Vega, Pedro, hemos decidido no mirar al pasado. Sólo al mañana. Porque sólo queremos tu nombre asociado al mañana. Sólo queremos olvidar ese día del seis de mayo. De ese día sólo recordaremos porqué no estas con nosotros, porqué y en nombre de qué te mataron. Te mataron para que el miedo nos invite a olvidar las ideas que han forjado nuestra dignidad como personas y ciudadanos. Te mataron para que tu pasión por la libertad no siguiese siendo ejemplo. Pero no habrá olvido. Sólo eso recordaremos de ese día aciago. Lo demás, lo olvidaremos. Para afirmar tu vida. Para reivindicar tus ideas. Aquello que querías para Aragón y para España. Aquello que querías para el partido que elegiste como opción para ejercer tus derechos y tus deberes como ciudadano. Y lo haremos día tras día. De forma que nadie llegue a asociarte al pasado. Lo has puesto fácil. Estos días horribles han demostrado lo mucho que se te quería. Por eso tus amigos creemos que tenemos una misión tan sencilla como irrenunciable. Ana, Manuel, Borja. Nos tendrán a su lado. Para seguir hablando de tí en presente. Para que puedan ver que nada de lo que hiciste fue inútil. Que seguirás haciendo. Y nosotros de tu mano. Porque creemos que sólo merece la pena la vida cuando se vive con la plenitud con la que tú la viviste. Porque creemos que contigo hacemos presentes a todos los españoles que han muerto por la libertad.

Sí. Quería escribir estas líneas. Y quiero escribir otras muchas. Porque las palabras nos siguen uniendo. Porque la palabra hace verdad de tu presencia. Hablando de tí con Anabel. Con Jorge y Pachus. Con Cella y Rafa. Evocándote en el que fue tu despacho. Escuchando el eco de tus palabras que tanto hicieron por el debate parlamentado en Aragón.

Sé que no son sólo mis palabras. Son las de tus amigos. Las de aquellos que traspasamos trabajo o política para encontrarnos con Manolo. Las de aquellos que tuvieron encuentros y desencuentros. Aquellos que siempre supieron que tras los silencios de la montaña estaba la amistad.

Manolo amigo, seguimos aprendiendo, seguimos luchando.-

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