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SUCESOS | CRÍTICAS A LA ACCIÓN POLICIAL

Consternación en Sagunto por la muerte en la biblioteca

Amigos y conocidos de la familia de Alfredo Estrada, el hombre de 24 años que fue abatido a tiros por la policía el lunes, cuando se atrincheró en la Biblioteca Municipal con un arma simulada, expresaban ayer su consternación dado que el fallecido no había mostrado ninguna peligrosidad especial.

Una octavilla escrita a mano circuló ayer entre los vecinos del Puerto de Sagunto. En ella, se califica la acción policial que acabó con la vida de Alfredo Estrada de asesina. Indignación, rabia, ira e impotencia eran los calificativos más repetidos por quienes conocían a Alfredo y su familia tras conocer lo ocurrido. 'Era un chico estupendo. Lo conozco desde que nació. Era educado, listo, tímido y muy buena persona. ¿Qué han hecho? ¡Por Dios! Lo han matado como si fuera un terrorista'. María, vecina de la finca situada frente a la que habita la familia Estrada Peñalba no dejaba de llevarse ayer las manos a la cabeza mientras relataba la buena convivencia que desde hace más de 25 años ha tenido el barrio con los padres y hermanos de la víctima.

Manuel Pi, compañero de rehabilitación de Alfredo durante tres meses, acudió pasadas las 12.00 a dar el pésame a la familia. 'Íbamos juntos en el mismo taxi al centro de rehabilitación. Era un buen chico, muy inteligente y muy afable. El accidente de moto que sufrió le afectó, pero nunca pensé que algo así podría pasar'.

Ayer, la biblioteca municipal de Sagunto estaba cerrada. Dentro aún quedaban restos del trágico suceso que costó la vida a Alfredo Estrada. Eran las 11.30 de la mañana del lunes cuando entró, ayudado por una muleta, con una botella de aguarrás en la mano. Ante su ex novia, becaria en la biblioteca, amenazó con suicidarse y, según algunos testigos y la policía, disparó al aire un arma que después resultaría simulada -con el sonido de una reglamentaria pero sin balas-.

Durante más de una hora, atrincherado solo en el interior del edificio, la policía trató por teléfono de que depusiera su actitud. Alfredo pidió que le llevaran un paquete de tabaco. Un inspector y tres agentes de intervención entraron en la biblioteca. Fuera se oyeron al menos cuatro disparos. En el suelo, sobre un charco de sangre, quedó tendido el cuerpo del hombre. Lo que ocurrió en los últimos instantes forma parte de las averiguaciones que ha iniciado la titular del juzgado de instrucción número 1 de Sagunto. La Policía sostiene que Alfredo disparó, sin bala, contra un agente, lo que provocó la reacción de otro policía. Alfredo recibió tres tiros, dos de ellos mortales. Para sus vecinos es inexplicable que la policía no pudiera convencerle de que depusiera su actitud. '¿Qué pasó ahí? ¿Por qué no dejaron que se cansara y abandonara? Entraron dispuestos a matarle y ahora no quieren dar explicaciones', se lamentaba un compañero de estudios de Alfredo.

El luto se tocaba ayer en el Puerto de Sagunto, sobre todo en las inmediaciones de la calle de América, donde vivía la víctima. El Ayuntamiento guardó ayer el más sepulcral de los silencios sobre lo ocurrido. El juzgado espera a los informes oficiales, aunque en la causa ya se ha personado la familia. Mientras tanto, en la calle el clamor era pedir justicia por una acción desproporcionada contra un vecino muy apreciado. 'El accidente cambió su vida. Su novia le dejó, tuvo muchas operaciones sin que la pierna y el brazo le quedaran bien. Sufría depresión, pero ahora parecía que estaba bien, de hecho sus padres estaban en Tenerife celebrando su 25 aniversario de casados', explicó otra vecina.

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Entrada a la Biblioteca Municipal de Sagunto donde ocurrieron los hechos.
Entrada a la Biblioteca Municipal de Sagunto donde ocurrieron los hechos.JOSÉ JORDÁN

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