La Trobada Naccionalista critica al PP y el PSOE

Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Unitat Catalana (UC), PSM-Entesa y el Bloc Nacionalista Valencià mostraron ayer su preocupación por la 'escalada verbal contra los nacionalistas' en los discursos de los candidatos del PP y PSOE a los comicios vascos, y acusaron a ambos partidos de 'intentar sacar rentabilidad electoral del terrorismo'. La condena unánime fue expuesta durante la clausura de la sexta Trobada Nacionalista, que ha reunido este fin de semana en Gandia a representantes de las cuatro formaciones del ámbito lingüístico catalán (Cataluña, Baleares y País Valenciano).

El vicepresidente del gobierno balear, Pere Sampol, alertó sobre el 'clima de crispación social' que según el político tanto populares como socialistas están introduciendo en sus parlamentos electorales 'contra el talante democrático de los partidos nacionalistas'. Para Sampol, la estrategia de las dos formaciones mayoritarias es clara: 'inventar un nuevo marco de debate que les es más favorable', el de relacionar el nacionalismo con el terrorismo, y 'esconder' los logros en cuanto a 'creación de bienestar social y riqueza' conseguidos en dos de las autonomías con gobiernos nacionalistas, País Vasco y Cataluña. Las cuatro formaciones hicieron un llamamiento conjunto al PP y al PSOE para que 'moderen' su actitud.

El encuentro ha reunido a destacados representantes de los partidos nacionalistas del ámbito territorial catalanohablante, que han consensuado propuestas relativas a la promoción del patrimonio cultural y lingüístico que comparten, plasmadas en la Declaració de Gandia. Los principales acuerdos políticos alcanzados fueron presentados ayer por el líder del Bloc, Pere Mayor, el eurodiputado y miembro de la dirección de CDC, Pere Esteve, el consejero de Economía en las Baleares, Pere Sampol, y el presidente de UC, Llorenç Planes.

Esteve lamentó las manifestaciones de la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, en una entrevista que ayer reproducía este diario, sobre la afirmación del Rey de que 'el castellano nunca había sido una lengua impuesta'. Del Castillo avivó la polémica al manifestar: 'Habría que ver cuándo se ha prohibido hablar en España y con qué intensidad'. 'Es dramático que miembros del Gobierno, y más con responsabilidad como la de la ministra, intenten seguir justificando lo injustificable', dijo Esteve.