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Reportaje:CICLISMO

El laberinto de Freire

El corredor decidirá esta semana si se opera para intentar acabar con los dolores que le mantienen en paro

Carlos Arribas

Ríase usted de la furgoneta que lleva todos los años los presupuestos del Estado, tomos y tomos, quintales de peso, al Congreso. No tanto, pero el cajón, más bien el baúl, con los sobres y sobres de informes, radiografías, ecografías, tomografías, resonancias magnéticas en alta definición, gammagrafías óseas, pruebas y pruebas que componen el historial médico de Óscar Freire también pesa lo suyo. Y, como los presupuestos, por ahora nadie lo entiende.

Si esto sigue así, pronto algún científico definirá el síndrome Freire, un conjunto de síntomas que afectan a la zona lumbar, a la glútea y al muslo de una persona y que se asemejan a una ciática mecánica, pero que no remiten y pasan por periodos águdos. Todo le llegó a Freire, de 25 años (Torrelavega, Cantabria), el hombre que ganó un Campeonato del Mundo de fondo en carretera y llenó un hueco histórico en el ciclismo español, como una revelación en forma de crujido. Le ocurrió hace dos años, en el gimnasio, mientras hacía unos ejercicios de extensiones lumbares.

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Aunque después de aquello le llegaron los grandes meses de su carrera, al corredor del Mapei nunca le dejó de doler la espalda, la pierna y la zona glútea. Y, al final de la temporada pasada, la intermitente (una semana corriendo, y ganando, una semana descansando), el mal era tan insoportable que Freire dijo a su equipo: 'No vuelvo a correr hasta que se descubra lo que me pasa y me cure definitivamente'.

Con el baúl de su historial médico, ya más grande que su palmarés deportivo, siempre viaja Freire, un ciclista que no pedalea desde hace seis meses y medio. En vez de ello, desde aquel octubre, deambula y evalúa el nivel médico traumatológico de diferentes países. Comenzó su periplo por España el otoño pasado; impaciente, en invierno se fue a Alemania, a casa del médico-milagro, el que curó al golfista José María Olazábal; más impaciente aún, y viendo que lo suyo no mejoraba, se fue a Italia, al centro-residencia del Mapei, y ahora anda por Sevilla, en manos de una osteópata danesa y de un médico leonés que ha depositado su historial en un hospital de Asturias por el que prestigiosos especialistas de toda España se han pasado para celebrar sesiones clínicas de alto nivel. Hablan, discuten y le descubren al crack cántabro zonas de su cuerpo que ni siquiera sabía que existieran. Y el optimismo nato del corredor se ha transformado en un escepticismo impaciente, cercano al ateísmo. 'Yo lo único que quiero es que digan lo que tengo y me lo curen', repite. Todo, como siempre, salvo que hay una pequeña novedad: alguien le ha respondido.

'Ha sido una tarea puramente detectivesca, apasionante', dice Manuel Rodríguez, el médico leonés del Mapei que le llevó a Sevilla para que la osteópata danesa Vivy Lanzky le trabajara los músculos afectados y los dejara como folios en blanco. 'Óscar, después, salía a entrenarse y sobre esos músculos es como si escribiera lo que el ejercicio le producía. Y, a partir de ahí, hemos leído la historia'.

'Vimos una bursitis [inflamación de la almohadilla situada entre la cresta iliaca y el tendón del soas, justo en la zona sobre la que nos sentamos, que debe proteger al tendón de inflamación por roce] en una zona en la que también se entrecruzan el nervio ciático y la arteria iliaca. A partir de ahí, el dolor baja hacia la pierna', explica Rodríguez. 'Pero siguiendo el hilo de la bursitis vimos que se había producido por una postura viciosa sobre la bicicleta provocada por un mal giro pélvico, problema mecánico a su vez derivado de una fibrosis en el músculo cuadrado lumbar, un pequeño músculo de la cadera que sirve para estabilizar la postura sentada y transmitir fuerza a la pierna. Y, si eliminamos la fibrosis, que es una zona enferma, recuerdo de una cicatriz que no degeneró y acorta el músculo y puede tocar alguna rama nerviosa, y puede que provoque la mala posición, seguramente eliminaremos la causa primera. O puede que no. Pero yo recomiendo una intervención quirúrgica'.

Esta semana, Freire decidirá con los jefes del Mapei si finalmente se opera.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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