Crece la inquietud en Bolivia por la extensión del conflicto social
La inquietud y el temor caracterizaron una nueva jornada de huelgas y un creciente bloqueo de carreteras en Bolivia, mientras el Parlamento y el Gobierno trabajan a marchas forzadas para cumplir con algunos puntos de los compromisos hechos el pasado año. Casi con resignación, la ciudadanía comenzó a buscar provisiones para soportar un aislamiento, que nadie sabe cuanto durará, a causa del cierre de los caminos y las carreteras.
Los empresarios privados llegaron al borde de la histeria ante los nuevos perjuicios que sufrirán a causa de la interrupción de la carretera de Chapare, nuevamente con obstáculos colocados por los cocaleros, única vía de exportación hacia los puertos del Pacífico.
Despliege militar
Los afiliados a la Cámara Agropecuaria del Oriente reiteraron su oferta al Gobierno de prestar maquinaria pesada y dar alimento a tropas militares que se encarguen de mantener expeditas las carreteras de Santa Cruz a Cochabamba y La Paz. Pero, a pesar del impresionante despliegue militar, los bloqueos han comenzado a multiplicarse. Los indígenas del departamento de Santa Cruz iniciaron este viernes la interrupción de los caminos y carreteras del este, lo mismo que los productores de coca de los Yungas, en la región norte del departamento de La Paz.
La Central Obrera Boliviana (COB), que intenta recuperar espacios perdidos por su presunta actitud condescendiente con el Gobierno, llamó a la huelga general indefinida y al bloqueo de caminos a partir del próximo martes. La interrupción de caminos tiene el apoyo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) que lidera el aymara Felipe Quispe.
Unos 16.000 trabajadores de la Caja de Seguridad Social reclamaron ayer además el pago retroactivo del aumento del 7,2%, convenido a comienzos de año, con una huelga en todo el país.
La Iglesia católica y la Asamblea de Derechos Humanos cumplieron ayer en todo el país un paro de diez minutos para exigir tanto al Gobierno como a los organizadores de las protestas y los bloqueos que se sienten ante una mesa para dialogar y encontrar soluciones a sus conflictos. La Policía dispersó con dureza a quienes, tras un acto religioso en la catedral de La Paz, intentaron simplemente quedarse de pie y en silencio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.