Brasil vive otra noche de vergüenza

Mientras Brasil vive un suplicio y convierte a cada seleccionador, Leao el último de ellos, en víctima de una afición cuya memoria no admite empatar contra Perú, Argentina sigue sonriendo en lo alto de la clasificación suramericana para el Mundial 2002. El Brasil futbolístico vive avergonzado y Leao, su seleccionador, que quiso llenar el equipo de jugadores nuevos y hasta desconocidos, consiguió una insólita unanimidad al ponerse en contra a toda la prensa y a toda la afición. Dos partidos, dos fracasos. Así se mide el periplo de Leao al frente del cuadro brasileño, que queda en cuarto lugar de la clasificación -se clasifican directamente los cuatro primeros-, con la amenaza de Colombia y Uruguay, quinto y sexto, que se encuentran a dos y tres puntos respectivamente. Y lo peor está por venir, pues en las seis jornadas que restan el equipo que todavía dirige Leao debe rendir visita a Argentina, Uruguay y Bolivia.

La situación ha llegado a un punto en que, ayer, algún comentarista de televisión llegó a decir que quizás la única solución para una regeneración a fondo del futbol brasileño sería que no consiguiera participar en el próximo Mundial. Y comenzar de cero. El viejo Romario, autor del único gol ante Perú, que una vez más salvó al equipo de una catástrofe aún mayor, lo dijo abiertamente: 'Brasil ya no impone respeto a sus adversarios. Ya nada es fácil para la selección brasileña'.

El entrenador Leao, que quiso esta vez prescindir de las grandes estrellas internacionales y que optó por jugadores en su mayoría de São Paulo para conseguir llenar el Morumbí y que no silbaran a la selección, tarea inútil, apareció al final del partido con cara de terror. No quiso confirmar ni desmentir si iba a continuar y se limitó a decir: 'No podemos guillotinar la renovación'.

Mientras, en Bolivia, sin aliento, con dos goles convertidos en los últimos cuatro minutos de juego por Crespo y Sorín, Argentina alcanzó un milagroso empate (3-3) frente a la selección local, en las temidas alturas de La Paz, y se consolidó como líder absoluto de la clasificación, con seis puntos de ventaja sobre Paraguay, su inmediato perseguidor, que perdió en Quito con Ecuador, el equipo revelación que pasó al tercer puesto por el empate de Brasil en casa ante Perú.

'No lo puedo creer', dijo el entrenador argentino Marcelo Bielsa cuando el árbitro pitó el final, antes de calificar como 'heroico' lo realizado por sus jugadores en unas condiciones sencillamente 'inhumanas', las que se producen al disputar un partido a más de 3.600 metros de altura.