Inflación, ricos y pobres
En el artículo ¿Quién sufre una inflación mayor, los ricos o los pobres?, publicado el 9 de abril del 2001, su autor, Javier Ruiz Castillo, del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, sostenía como tesis principal que el tópico según el cual los hogares más pobres son siempre los más perjudicados por la inflación es falso, por lo menos en el caso de España en los últimos 25 años, basándose en el argumento de que, según estudios documentadísimos sobre ese mismo periodo, la inflación ha afectado negativamente más a las clases o grupos económicamente más favorecidos.
Pero esa conclusión se basa en un objetivismo alicorto que no llega a la esencia del problema. Ciertamente, por porcentajes, en ese periodo la inflación ha podido afectar más a los 'ricos' que a los 'pobres'. Pero la afirmación que se hace frecuentemente, contra cuya supuesta falsedad plantea el autor su tesis, exige para desmentirla un planteamiento no tan cientificista y positivista (basado en objetivos porcentajes) como el que está en la base de la tesis en cuestión. Dicho de otra manera, la afirmación de que son normalmente las clases más desfavorecidas a quienes afecta más la inflación de los precios es rigurosamente cierta en el sentido (el único que les interesa a la población en estas circunstancias) de que la reducción de su renta disponible como consecuencia de dicho fenómeno es proporcionalmente mayor a la reducción de la de los grupos sociales adinerados (un 5 % menos en una renta salarial equivalente al SMI es un mayor perjuicio económico que un 15%, por ejemplo, en la renta de alguien que gane 600.000 pesetas al mes). Y, además, el perjuicio real que sufre una familia con rentas bajas al reducírsele las mismas por una alta tasa de inflaciones es incomparable cualitativamente al que pueda sufrir una familia con rentas altas: unos pueden dejar de poder comprarse el último modelo de ordenador, mientras que los otros tienen que reducir la factura mensual de la comida o ampliar el plazo de amortización de la hipoteca, por ejemplo.
En estos dos sentidos, el tópico de que la inflación a quien más perjudica es a los hogares más pobres sigue siendo cierta.
