'No mováis los muebles, que se nos cae el bloque encima'
'Nos han dicho que, si pasamos y se nos cae algo en la cabeza, los responsables seremos nosotros, así que ya podemos tener cuidado', comentaban ayer tarde los vecinos que, pacientemente, esperaban su turno para entrar en el edificio desalojado el martes a recoger sus cosas. Para evitar males mayores, los residentes estipularon unas normas: sólo dos personas por vivienda y que no subiesen ni niños ni ancianos. 'Que si se cae un cascote, que le dé a alguien joven', proponía Olga, una vecina. 'Sólo lo imprescindible: documentación y ropa. Ni se os ocurra mover los muebles, que se nos cae el bloque encima. ¡Ah!, y estar dentro el menor tiempo posible', gritaba otro de los residentes encargado de regular el paso de los vecinos.
Pero no todos hicieron caso de las órdenes. 'Ayer, cuando nos desalojaron, salí en bata y zapatillas. Luego subí a mi casa cinco minutos con un policía y sólo me dio tiempo a coger unas bragas. Así que ahora voy a sacar todo lo que pueda', explicaba una vecina. Otros preferían ser más cautos: 'Claro que tengo muebles, pero prefiero dejarlos dentro, no sea que pase algo si los muevo. Me tendré que comprar otros', contaba, resignado, Ignacio, habitante del bloque afectado.
Alguno no se había enterado bien de lo que pasaba. 'He venido con una furgoneta grande para cargar todas las pertenencias de mis tíos. ¿Puedo pasar?', preguntó un chico a un policía municipal. 'Oye, que esto no es una mudanza. Acabamos de decir que hay que sacar sólo lo imprescindible', le contestó el policía.
El tema de la mudanza preocupa especialmente a los vecinos. 'Si nos dejan finalmente sacar los colchones y algunas cosas de más peso, ¿cómo lo vamos a hacer? Soy vieja, pobre y no puedo pagar a una empresa de mudanzas para que me ayude', comentaba Águeda. A pesar del disgusto, Águeda está contenta de irse: 'Este sitio era inhabitable, con grietas, crujidos y movimientos de tierra continuamente', recuerda.
