'En los órganos decisorios de la Universidad no hay paridad de sexos'
Abogada en ejercicio y presidente del Consejo Social de la Universidad de Sevilla desde 1997, Ana María Ruiz-Tagle acaba de ser renovada en su mandato por otros cuatro años. Entre sus prioridades, se encuentran crear una fundación Universidad-empresa-sociedad y conseguir recursos para que el Consejo Social pueda cumplir lo que reclama la sociedad.
Pregunta. El Consejo Social no es una figura muy conocida.
Respuesta. Así es, pese a tener atribuciones fundamentales, como la aprobación de los presupuestos universitarios.
P. ¿Cuáles son sus principalescometidos?
R. Fundamentalmente, sus funciones se centran en tres áreas: una es la económica. Otra es promover la presencia de la sociedad en la programación universitaria a través de contratos-programa, y una tercera se refiere a actividades como proponer la creación de nuevas facultades, determinar las normas de permanencia en la Universidad, etc. Como servicio público que es, es lógico que la sociedad la controle y supervise, pero también que colabore y participe en ella. La sociedad paga a la Universidad a través de los presupuestos y ésta tiene que rendirle cuentas de su gestión.
P. ¿Qué echa de menos en su regulación legal?
R. Hay ambigüedades que es preciso corregir. No tenemos personalidad jurídica y tenemos muchas competencias sin sus correspondientes recursos. También habría que definir sus funciones y su ubicación dentro de la comunidad universitaria. Es importante que seamos la voz y el voto de la sociedad para poder cumplir lo que nos demanda con recursos suficientes. Creo, y no hablo por mí, que el cargo de presidente debería ser profesional, un cargo de dedicación total y remunerada. Creo en la profesionalidad de los cargos.
P. Qué proyectos tiene para el nuevo mandato?
R. Uno es la constitución de una fundación con participación de la Universidad, empresas e instituciones públicas y privadas para elaborar programas formativos, de investigación y de incorporación al mercado laboral.
P. Parece que la mujer está accediendo a los órganos de gobierno universitarios.
P. Muy poco. Más del 50% de los universitarios son mujeres y, sin embargo, su presencia en los órganos de decisión y en las cátedras sigue siendo minoritaria. La primera demanda social a la que no responde la Universidad es la paridad hombre-mujer en los órganos de dirección. La Universidad, que es una institución que debe liderar los valores sociales y dar ejemplo, incumple esta demanda de la sociedad.
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