La necesidad de modificar la Ley del Libro impera en la Feria de Buenos Aires
El reclamo, Ley del Libro: una deuda pendiente, pegado a las paredes de cada puesto como un grito, se impone sobre el lema formal el placer de la lectura a primera vista en la Feria del Libro de Buenos Aires. Hartos ya de las promesas que los funcionarios públicos hacen cada año en la apertura, los editores imprimieron su protesta en cartones que se alzaron a la vista de todos los reporteros gráficos cuando los representantes del Gobierno volvían a decir, una vez más, que "ahora sí se va a sancionar la Ley".
Hugo Levín, presidente de la Fundación El Libro, organizadora de la Feria, fue muy claro en su discurso de apertura: "hace 18 años que prometen la sanción de la nueva Ley del libro y siempre es una espera amarga que al no sancionarse termina debilitando aún más a la industria editorial. Nuestra paciencia se agota".
El proyecto de Ley, que exime del pago del impuesto al Valor Agregado a la producción y comercialización del libro en todas las etapas de su proceso industrial, entre otros beneficios, tiene ya el voto favorable del Senado y será debatido ahora por la cámara de los Diputados. La Ley permitiría crear un Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura y le impondría al Estado la obligación de comprar como mínimo el 5% de la primera edición de cada libro de autor argentino publicado en el país para proveer de ejemplares a las bibliotecas y colegios públicos.
Para los editores "no alcanza con la buena voluntad del Senado". En junio de 1999 la Cámara Alta había aprobado el proyecto y luego "quedó dormido en un cajón porque los diputados no lo trataron". Los proyectos pierden su estado parlamentario al cabo de dos años sin debate y el trámite debe iniciarse nuevamente. El editor Levín mantiene sus dudas: "Esperemos que la amarga historia no vuelva a repetirse".
Inculcar la lectura
El sitio de la literatura se recuperó en el momento en que el escritor argentino Juan José Saer, autor de Unidad de lugar, El limonero real, Nadie, nada, nunca, El entenado y Las nubes, leyó su texto dedicado al lema formal de la Feria, el placer de la lectura: La vida y los libros están entremezclados hasta tal punto que la realidad parece que no existiera sin ellos". El público resaltó con sus aplausos el momento en el que dijo: "Lo insoportable del analfabetismo es que perpetúa la opresión. El libro debe ocupar un lugar central en todo plan de educación, para que se pueda estimular la reflexión y la independencia de juicio".
El auditorio central de la Feria se colmó poco antes para ver y oír a Fernando Savater, encargado de presentar la colección juvenil "Leer es genial", de Ediciones Santillana. Savater recordó con admiración al escritor argentino Jorge Luis a Borges: "Por la forma en que me enseñó a leer, él decía que gracias a los libros tenemos recuerdos que no hemos vivido". Según el autor de Etica para Amador, "hay que contagiarles a los niños el placer de la lectura, pero nunca obligarles a leer, porque es seguro que aborrecerán los libros".
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