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El senador Helms se reconcilia con México tras reunirse con Fox

El poderoso presidente del Comité de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, el ultraconservador Jesse Helms, se entrevistó con las nuevas autoridades de México durante su visita a un país que durante años satanizó como corrompido hasta el tuétano. El viaje de Helms, acompañado por otros miembros de los partidos republicano y demócrata en la Comisión, demuestra la nueva sintonía entre las administraciones de Vicente Fox y George W. Bush, y marca una nueva etapa de acercamiento entre dos naciones que comparten más de 3.000 kilómetros de frontera, y un buen número de problemas e intereses comerciales, políticos y sociales.

Frecuentemente, Helms, de 79 años, atacó las políticas mexicanas en comercio, migración, narcotráfico y relaciones exteriores, y fue el promotor de la ley Helms-Burton para aislar económicamente a la revolución cubana. Su posición respecto a México registró un cambio hacia el entendimiento tras la victoria electoral del empresario Vicente Fox, quien el pasado dos de julio acabó con los 71 años de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El veterano senador por Carolina del Norte se entrevistó con el presidente mexicano, y con su canciller, Jorge Castañeda, a quien antes había llamado "comunista", y elogió el rumbo tomado por el país vecino contra la corrupción o el combate al narcotráfico.

Por primera vez, una comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta de Estados Unidos sostendrá una reunión, hoy, con sus pares mexicanos. Los temas abordados serán muchos: desde las discrepancias sobre Cuba, la inmigración ilegal, o la certificación anual a la cooperación antidrogas que EEUU realiza cada año y de la que Helms es firme partidario. No obstante, la comisión que preside aprobó hace unas semanas una iniciativa del senador demócrata Christopher Dodd para conceder una moratoria de dos años al proceso de certificación, que afecta a todos los países latinoamericanos castigados por los carteles de la droga.

Las bases de Chiapas

Por otra parte, el Gobierno de México anunció hoy que el viernes próximo concluirá el desmantelamiento de las siete bases militares del estado sureño de Chiapas cuyo repliegue exige la guerrilla zapatista para reanudar el diálogo de paz.

El comisionado gubernamental para la Paz en Chiapas, Luis Héctor Álvarez, aseguró en rueda de prensa que el viernes se retirarán los soldados que aún permanecen en Guadalupe Tepeyac y Río Euseba, las dos últimas posiciones militares por desmantelar de las exigidas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Álvarez explicó que la salida del Ejército se oficializará con un acto que se celebrará en Guadalupe Tepeyac, en el que se hará una entrega simbólica a las comunidades indígenas de los terrenos que ocupaban los militares.

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El presidente de México, Vicente Fox, anunció a finales de marzo que las bases de Guadalupe Tepeyac y Río Euseba se convertirán en centros de desarrollo social. "Hay plena conciencia del Gobierno de instrumentar acciones que puedan atender las necesidades básicas de las comunidades indígenas", aseguró ayer el comisionado, quien expresó su deseo de que "se tomen ya los caminos que habrán de conducir a la solución" del conflicto armado de Chiapas.

Además del retiro del Ejército, el EZLN exige la liberación de todos los zapatistas presos y la aprobación de una ley indígena para reanudar el diálogo de paz con el Gobierno, suspendido desde 1996.

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