Dos peruanas denuncian un ataque 'racista' a manos de unos vecinos
Los presuntos agresores dicen que todo es un 'montaje' de las inmigrantes
Los hechos se remontan a la noche del viernes 23 de marzo, cuando Miluska Serrano, de 30 años, y Dina Rojas, de 46, bajaron a la plaza de los Juegos de Leganés Norte. Con ellas iban dos hijas de Miluska: una de nueve años, que sufre parálisis cerebral y va en silla de ruedas, y otra de tres.
Sobre las 21.30 las dos mujeres decidieron regresar a sus casas porque empezaba a hacer frío. Miluska Serrano soltó un rato a su perro Yaco, un alaska malamute de 10 meses que sirve de terapia a su hija. El perro se marchó de inmediato por una zona verde que hay próxima al parque de los juegos infantiles. Cuando Miluska levantó la mirada, vio que un hombre estaba pateando y golpeando al animal.
Según la versión de Miluska, el desconocido le exigió (dirigiéndose a ella como 'extranjera de mierda') que cogiera a 'su puto perro' y se marchara. La mujer le recriminó su actitud, a lo que el hombre contestó que ella había soltado a su perro para 'dar por culo', porque sabía que su perra estaba en celo. 'De buenas a primeras, él soltó a su perra y ésta salió corriendo hacia su portal. Mi perro no me hizo caso y salió detrás de ella. Yo corrí para cogerle, pero no pude y entré en la propiedad privada. Entonces el hombre me dijo que me iba a enterar de quién cojones era él', explica Miluska. Mientras, Dina llegó con las dos niñas al lugar del incidente.
Según la denuncia de Miluska, el hombre cerró la puerta del portal y comenzó a darle con el pulgar en la frente y a gritarle: '¡Eres una mierda, que has venido aquí a dar por culo!' La acompañante del hombre también empezó a darle golpes y a empujarla. 'Me cogió por los hombros y empezó a zarandearme. Me dieron palos y golpes por todo el cuerpo, sin que pudiera defenderme', asegura Miluska. 'Mientras, otras 15 personas se arremolinaron frente al portal y empezaron a gritar que le pegaran más, que era una zorra extranjera que venía a molestar', añade Dina Rojas. Un vecino abrió la puerta para que entrara Dina, momento en el que una mujer que iba con la pareja la amenazó con que se iba a 'enterar de lo que es bueno'.
Las dos mujeres empezaron a llorar y rogaron clemencia porque sus dos hijas estaban fuera sin que nadie las atendiera. 'Yo pensé: 'Dios mío, acá nos matan'. Comenzamos a pedir auxilio y socorro y nadie nos ayudó. Entonces un espectador nos abrió la puerta y dijo que nos dejaran en paz', continúa Miluska. Salieron corriendo y llamaron desde su teléfono móvil a la comisaría del barrio. Las dos mujeres peruanas critican que los policías no les hicieran caso ni las acompañaran hasta sus casas. 'Me levanté el jersey y les enseñé cómo tenía los brazos y todo el cuerpo. Estaba llena de arañazos y de golpes', explica Dina.
Los hechos fueron muy distintos según la versión de Gema Rubio y su novio, Luis Carlos Pueblas, de 26 años, a quienes las peruanas acusan de la agresión. Gema y Luis Carlos dicen que vieron cómo un perro se acercaba a su perra e intentaron separarlos, porque la hembra estaba en celo y no querían que la dejara preñada. El can reaccionó entonces de forma violenta y lanzó dos dentelladas a Luis Carlos.
La pareja decidió marcharse, seguida por el perro de las inmigrantes. 'Vimos que una señora venía muy despacio hacia nosotros. Le dijimos que se diera prisa para recoger a su perro, pero ella pasó olímpicamente. El perro seguía a nuestro lado y se metió en el portal. La mujer aprovechó que había entrado un coche para acceder por el garaje', sostiene Luis Carlos Pueblas. Miluska, según la pareja, empezó a gritar: '¡Hijos de puta!'. 'Salía de todo de su boca. El perro se tiró de nuevo hacia mí y le aparté con el brazo. Sin mediar palabra, comenzaron a llamarnos racistas y a pegarnos. Un vecino me sujetó y me dijo que no hiciera nada porque ella buscaba que le pegara para conseguir dinero', afirma el vecino de Leganés Norte.
Pueblas no entiende cómo 'un simple incidente' entre dos perros ha podido convertirse en un supuesto ataque racista y xenófobo del que no se deja de hablar en el barrio. 'Deben de ser muy buenas actrices porque nadie les ha tocado ni un pelo. Las heridas que dicen que les hemos hecho se las ha podido hacer cualquiera, y luego han venido aquí para ver si colaba', añade Gema.
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