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Columna
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Un señor

No se entiende muy bien por qué al PP no le gusta que se hable del asunto de los pagos de la Generalitat a Julio Iglesias por promocionar la imagen de la Comunidad Valenciana en el exterior. Es un poco contradictorio porque tendrían que estar muy contentos ya que así se promueve aún más esta iniciativa que en su día lanzó el propio presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, por quien, más allá de la amistad, el cantante siente sincera admiración y por eso le llama 'campeón'. 'El buen callar cien sueldos vale en toda plaza', parecen decirse los diputados del PP y no acaban de aclarar las cuentas. Y sin embargo, el asunto es bastante sencillo y ahí están las palabras de Zaplana cuando se le planteó el tema de los multimillonarios pagos al cantante: 'chorrada importante'.

Por lo que se sabe hasta ahora, la Generalitat lleva pagados a Julio Iglesias un total de 747 millones de pesetas. Por un lado estarían los 375 millones, oficialmente reconocidos en el contrato y que se habrían pagado a través de cheques nominales de Bancaja y del Swiss Bank Corporation. De otro lado habrían salido de las arcas de la Generalitat 372 millones de pesetas que, al margen del contrato oficial y en concepto de 'extras', habrían ido a parar a sociedades controladas por Julio Iglesias en distintos paraísos fiscales como las Islas Vírgenes y Nassau en Bahamas.

Esto es lo que hay: la Generalitat le dobla a un famoso la pastizara que percibe por promocionar la imagen de la Comunidad Valenciana, se toma la molestia de colocársela en un edén fiscal de las Islas Vírgenes y el presidente de la cosa dice que todo esto es una 'importante chorrada'. Y ¿qué quiere decir eso de una importante chorrada? Una monumental bobada, una mayúscula tontería, o si me apuran mucho, una notable gilipollez. Pero esto no parece tener mucho sentido, ¿cómo va querer decir eso todo un presidente de la Generalitat? ¿a dónde iría un país si su máxima autoridad civil se tomara a befa algo tan serio como el destino de los dineros públicos y los correspondientes devengos fiscales? Imagínense que llega el momento de presentar la declaración de la renta y uno, siguiendo la hipotética doctrina Zaplana sobre la chorrada, se acerca a la ventanilla y dice 'a no, no, que ha dicho el president que esto es una importante chorrada y, por lo tanto, ya presentaré mi declaración en las Islas Vírgenes'. Absurdo, luego no será eso lo que habrá querido decir Zaplana y habrá que profundizar en la hermenéutica presidencial.

Aunque esté en desuso, hay una acepción de la voz 'chorrada' que puede darnos la clave de lo que ha querido decir el president: 'Chorrada, f. porción de líquido que se suele echar de propina después de dar la medida'. O sea, el chorrito de más que añade a la copa el camarero amigo, una especie de cupón regalo comercial en directo. Pues eso, a la pasta, al líquido, del contrato oficial, Zaplana le ha añadido otro tanto de propina, porque Julio es su amigo, ale, y no le va a regalar un jamón y como el presidente es muy culto, pues lo llama por su nombre, chorrada, y como la propina ha sido muy gorda y él es muy sincero, pues dice que es 'una importante chorrada'. Así que todo este asunto está meridianamente claro. Julio Iglesias puede ser, como él mismo canta, un truhán, pero el presidente es un señor. Y a fin de cuentas ¿qué son 742 millones de pesetas cuando la deuda de la Generalitat es de 980.000 millones? Pues eso, ni la milésima parte, una chorrada.

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