La franquicia vuelve a la 'vieja economía'

Usted tiene alma de emprendedor y, tras mucho pensarlo, ha decido entrar en el mundo de la franquicia. Para escoger la enseña más adecuada a su perfil personal y económico decide acercarse a algunas de las ferias que existen. Pero escoger no le va a resultar fácil. Sólo la próxima semana podría optar por la feria de Madrid (Expofranquicia 2001), la feria de Londres o la de México. Si no le gusta salir de España, en pocos meses podría inclinarse por alguna de las franquicias presentes en las distintas ferias que se celebran en la Península: Valencia, Vigo, Barcelona, Madrid y Bilbao serían sus destinos. Esta enorme oferta revela muy a las claras lo complicado que resulta seleccionar una enseña y el excelente momento que atraviesa la cesión de marcas. Para corroborarlo ahí están los números.

Las cifras tienen el vicio de ser frías, pero la virtud de resultar muy reveladoras. De acuerdo con los datos aportados por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), el número de establecimientos franquiciados creció un 11,4% en 2000, hasta alcanzar los 25.950 locales. Traducido en términos de facturación, el sector movió el año pasado unos 917.000 millones de pesetas. Pero estas cifras pueden ser incluso más abultadas dependiendo de cuál sea la fuente. La consultora Tormo & Asociados da una facturación en 1999 para el sector de 1,362 billones de pesetas, mientras que el ejercicio pasado se cerró, según su balance, con 1,699 billones. En cuanto al número de establecimientos en funcionamiento, según esta fuente, si durante 1999 alcanzaron la cifra de 31.019, en 2000 habían aumentado a 40.875 locales.

Disparidad de datos

A primera vista destaca la disparidad entre unos datos de facturación y otros. La razón está en que la consultora Tormo incluye en sus cálculos lo que en el sector se conoce como oportunidades de negocio, una fórmula empresarial muy parecida a la franquicia aunque sin tanta autonomía como ésta. A pesar de estas diferencias, la pujanza de la cesión de marcas es evidente, el sector representa, según la AEF, algo más del 6% de la facturación del comercio minorista, que ronda los 15,5 billones de pesetas (93.156 millones de euros) y ocupa al 7% de los trabajadores.

'Este año pensamos que se creará un 20% más de franquicias que en 2000', revela Santiago Barbadillo, director general de la consultora Barbadillo Asociados. 'Es verdad que el mercado está más maduro que el año pasado, pero aun así el crecimiento será muy importante'. Este aumento resultará, a su juicio, especialmente significativo en el sector de la restauración y la hostelería. Esta misma visión positiva la comparte Miguel Ángel Oroquieta, director de nuevos proyectos de la consultora Tormo & Asociados: 'Las expectativas para 2001 son extraordinarias. Podemos crecer por encima del 20%. De hecho, la franquicia no ha dejado de aumentar sus cifras en los últimos cinco años'.

¿Cuáles son las razones que justifican este crecimiento? En primer lugar, 'el retorno a la vieja economía y a los negocios tradicionales. Esto está atrayendo durante los primeros meses del año a muchos emprendedores', explica un consultor independiente. 'A esta situación', avanza, 'se suma que la franquicia aún tiene una elevada capacidad de crecimiento, porque el mercado español todavía no está totalmente maduro'.

Pero en este paisaje idílico también hay nubarrones. Los contratos que unen a franquiciadores y franquiciados siguen provocando multitud de problemas. 'Los contratos', reclama Alfonso Ruiz Moroga, responsable de la feria madrileña Expofranquicia 2001, 'tienen que ser más fluidos y con más claridad'. Y es que la relación entre ambas partes ha sido tradicionalmente compleja. Enseñas de la dimensión de TelePizza o MacDonald's han tenido serios problemas con algunos de sus franquiciados. Éstos se quejan históricamente de las 'draconianas' condiciones que tienen que soportar en algunos casos para desarrollar el negocio. Otro de los grandes problemas es la enorme dispersión sectorial y, por supuesto, 'los aprovechados que quieren hacer un negocio rápido, por ejemplo, buscando los ingresos fáciles procedentes del canon de entrada ', analiza Barbadillo. A pesar de que la cesión de marcas lleva varios lustros implantada en España, todavía no ha conseguido resolver un problema de tanta repercusión como el del intrusismo.

Otros problemas amenazan con convertirse en endémicos. Es el caso del Registro de Franquicias, cuya finalidad es recoger todas las enseñas que actúan en España con el fin de ordenar el sector y poner coto al intrusismo. Sin embargo, cada comunidad parece tener su propio criterio de lo que es una franquicia, con lo que en la práctica el Registro, como ha reconocido Xavier Vallhonrat, presidente de la AEF, 'no funciona, a pesar de estar en marcha desde hace más de un año'.