El sevilla descubre su banquillo

Parecía que no. Que el Sevilla sin Olivera y Zalayeta no sería capaz de hacer gol. Que la ausencia de los dos uruguayos era una losa insuperable para un equipo que se había enganchado al fútbol de la pareja, que anda con su selección tratando de clasificarla para el próximo Mundial.

Caparrós, el técnico sevillista, tiró de lo que tiene y colocó como delanteros a Míchel y Otero. Así las cosas, el propio equipo blanco debió pensar que a quién le iban a meter ellos un gol. Los sevillistas salieron despistados, dubitativos. Y el Levante, que se plantó en el Sánchez Pizjuán como un equipo serio, organizado, rápido y presionante, aprovechó la circunstancia y convirtió en gol su primer ataque. Incluso pudo sentenciar el encuentro el Levante tres minutos después, cuando Peragón envió fuera un balón centrado al área por Roa. El tanto al Sevilla que, sin cuajar un buen partido, se puso serio y las cosas cambiaron. Una buena combinación en el centro del campo entre Casquero y Tevenet originó un pase de éste al primer palo que Míchel, muy habilidoso, resolvió con facilidad ante Rubio. Para mayor tranquilidad de los andaluces, un disparo de Tevenet batió a Rubio al borde del descanso.

En la reanudación, el Levante volvió a la carga. En el minuto 50, la defensa blanca salvó bajo palos un cabezazo de Kaiku. Y, lo que son las cosas, cinco minutos después convirtió Míchel su segundo gol, el tercero de su equipo, al rematar de cabeza un centro de Héctor.