7. ¿Pecado o delito?
Centenares de monjas de 23 países han denunciado haber sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes y misioneros. Si fueran relaciones consentidas por las dos partes sería estrictamente un problema de la Iglesia: el pecado -que es cuestión interna- y el desprestigio para una institución cuyos funcionarios son propagandistas de la verdad, pero hacen lo contrario de lo que predican. Pero las monjas denuncian haber sufrido agresiones sexuales violentas y contra su voluntad, es decir, violaciones. En una institución que otorga todo el poder a los varones no es extraño que algunos de éstos se sientan con derechos sobre las mujeres. La violación es un delito gravísimo contra la dignidad de las personas. Y, sin embargo, la Iglesia no ha presentado ninguna denuncia, se ha limitado a retirar unas semanas al violador de la circulación. ¿Hay que entender que la Iglesia protege a sus violadores? ¿O que la condición de eclesiástico es una eximente en caso de violación?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.