Un taxista de Benidorm acepta 9 años por intentar violar a 3 turistas

La vista oral de este caso, cuyos hechos se remontan al verano de 1999, se celebró ayer en la sección tercera de la Audiencia de Alicante. El juicio se desarrolló de forma breve, ya que el procesado, en la actualidad en prisión preventiva, aceptó el relato de los hechos del fiscal y la correspondiente pena de cárcel: en total, 9 años de prisión por un delito de abuso sexual, dos de agresión sexual y tres más de lesiones. La acusación pública también solicitó un millón de indemnización por las lesiones de las que fue objeto una de las víctimas. La defensa del acusado se sumó a la petición del fiscal, aunque destacó 'que nunca hubo violación, sino agresión sexual'.

El primer intento de agresión que se le imputa al taxista se produjo el 23 de julio de 1999. La madrugada de ese día, el acusado subió en el taxi a dos jóvenes de nacionalidad británica que salían de una discoteca para dirigirse a su hotel. Aprovenchando que una de ellas se quedó dormida, el taxista comenzó a efecturar tocamientos sobre la segunda joven. Al negarse ésta, intentó agredirla. No obstante, ambas mujeres lograron zafarse del agresor y huir del coche.

El segundo intento de violación se produjo un mes más tarde, en concreto en la madrugada del 21 de agosto. En esta ocasión, el taxista estuvo acompañado por otros dos individuos que no han sido identificados. El taxista recogió a la salida de una discoteca a otra mujer inglesa para traslarda al hotel. Sin embargo, desvió el automóvil hacia un descampadode de la ciudad. Allí, en compañía de los otros dos individuos, intentó violarla. Ante la resistencia de la víctima, los agresores la arrojaron por la valla de una finca.

El tercer intento de violación, cuya autoría el taxista asumió, se registró en la madrugada del día siguiente. En este caso, el agresó amenazó a la víctima, (una joven inglesa de 17 años) con una navaja, arma con la que llegó a ocasionarle un corte en el cuello. Tampoco el procesado logró su propósito y la mujer pudo huir del lugar.

La detención del taxista se produjo a raíz de las denuncias de las víctimas y los datos facilitados por un vecino que presenció el último intento de agresión y que facilitó a la policía el número de licencia del taxi.

El procesado, que compareció ante el tribunal en un estado de apreciable nerviosismo, se limitó a responder con un lacónico 'sí' cuando el fiscal le preguntó si admitía los hechos que se le imputaban. Tras la autoinculpación del acusado, el tribunal, a petición de las partes, obvió la declaración de las víctimas.