Debú y puerta grande
Eso es llegar y besar el santo. César Jiménez e Iván García debutaron en Castellón y abrieron la puerta grande.
Tuvieron mérito porque además los novillos-toros tenían más presencia incluso que los inválidos toros-monas de las figuras de días anteriores y, encima, no se cayeron pues no estaban inválidos. Iván García, nacido en Benidorm hace 19 años, dispuso del mejor lote, lo fueron a la postre por encastados y en ningún caso se amilanó.
Tampoco César Jiménez, un chaval de 17 años nacido en Madrid, de una valentía seca, sin fisuras. Pero eso del valor, que parece obvio, casi siempre se supone y figuras hay, las ha habido aquí, que nos sumen en un mar de dudas. No es el caso.
El pupilo de Victoriano Martín, que tiene ojo no sólo criando ganado, lo demostró sobre el albero y a su primero le hizo un quite por chicuelinas rematadas con una revolera que puede ser de premio. Inició la faena con un pase cambiado, seguido de unos derechazos llenos de temple y dominio.
Jandilla / Castaño, Jiménez, García
Novillos de Jandilla de correcta presentación y juego. Encastados 3º y 6º, aplaudidos en el arrastre. Javier Castaño: pinchazo, estocada y descabello (vuelta); media y cuatro descabellos (ovación). César Jiménez: pinchazo y estocada (oreja); pinchazo y estocada (oreja). Iván García: estocada corta (oreja); estocada (oreja). Plaza de Castellón, 20 de marzo, 3ª de feria, media entrada.
Es César, sobre todo eso, un torero que a pesar de vérsele un poco pipiolo se muestra poderoso, seguro. Al natural da el medio pecho y se cruza y cuando se puede quitar, no lo hace. Con su segundo estuvo en su línea pero ahora la atemperada embestida del novillo le facilitó dar unos desmayados derechazos que remató en una de las tandas con una trincherilla muy aplaudida. Se llevó un varetazo en el ojo pero retomó la faena con más temple y acabó con un vistoso trasteo lleno de adornos. La espada en ambos bureles no le impidió saborear las mieles de salir a hombros en este su debú en el coso castellonense.
Le acompañó Iván García, que torea con el ímpetu que la juventud y las ganas de ser alguien en esto. Con el capote tiene maneras y variedad. Ayer hizo un meritorio quite por delantales y ya antes mostró su repertorio.
Pone Iván García banderillas con poder y tiene sitio, además de hacerlo reunido, que no es poco. Con la muleta es pulcro pero se acelera con frecuencia. Es cuestión de oficio y templar cuando los novillos tienen movilidad y una puntita de casta no es fácil. Porque a veces el mismo ímpetu de querer hace confundir la velocidad con el tocino. En ambos enemigos mostró que el toreo al natural se le viene un poco más cuesta arriba. Pero como nunca se amilanó y usó la toledana con acierto -sobre todo en el que cerraba plaza- al que metió un estocadón en todo lo alto, el premio fue salir por la puerta grande.
Volteretón
La novillada estuvo entretenida y hubo de todo, incluso un volteretón que le dio el que abría plaza al también debutante aquí, Javier Castaño, al confiarse en un pase por la espalda. Por suerte para el de Salamanca, todo quedó en un susto, pero el porrazo fue de altura, pues lo elevó y la caída le dejó maltrecho. Se sobrepuso pero su fallo a espadas le privó de algo más que dar la vuelta al anillo tras una faena un tanto desangelada.
Sobre el papel, Castaño es un novillero ya cuajado en puertas de tomar la alternativa el próximo día 1 de abril en San Sebastián. Ayer, no era su día y a pesar del empeño y las buenas maneras sus faenas no calaron en los tendidos. A esto habría que añadir que su fallo a espadas le restó méritos que el público juzgó debían ser mayores ante su inminente salto de escalafón.
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