Los fabulosos 59 golpes de la sueca Sorenstam
Todo jugador de golf sueña con un día así: los 18 greens en regulación, 13 birdies, ningún bogey, 23 putts, tarjeta de 59. Todos los jugadores de golf consideran ese número un sueño. Sólo tres hombres lo han conseguido alguna vez en un torneo oficial de un circuito profesional: los estadounidenses Al Geiberger, Chip Beck y David Duval. Sólo una mujer los ha igualado: la sueca Annika Sorenstam.
La mejor jugadora de la década, 30 años, 24 victorias en el circuito norteamericano, ganancias de más de un millón de dólares en tres temporadas diferentes, se ha convertido ahora en la primera mujer en romper la frontera de los 60 golpes en un recorrido: un fabuloso 59 logrado el viernes pasado en el Moon Valley Country Club, en Phoenix, Arizona (Estados Unidos). Antes ya tenía un récord de 61, pero compartido con las otras dos fenómenos de la década: la coreana Se Ri Pak y la norteamericana Karrie Webb.
Así fue uno de los momentos más importantes de la historia del golf. Sorenstam empezó su ronda por el hoyo 10 y en el 17 llevaba sólo nueve putts y ocho birdies. 'Estaba tan nerviosa por el agobio que fue una verdadera liberación hacer el par en el 18', confesó; 'así podría empezar en el siguiente, otra vez, a encadenar birdies'. Sólo hizo cuatro seguidos. En el hoyo 5, par. Y par en el 6 y el 7. Birdie de nuevo en el 8, el 13º del día, el del récord. Ya pudo permitirse hacer par en el 9. Gastar dos putts para llegar a 23 e irse como loca, 'en una nube', a la tienda de firmas, hacer un rápido cálculo mental, preguntar al caddie, Terry McNamara, 'he hecho 59, ¿no?', firmar la tarjeta y bajar de la nube.
Después llegaron las explicaciones, los dos imanes que la han empujado a intentar ser cada vez mejor y a trabajar nada menos que dos horas diarias con su putter, un palo al que antes no prestaba la más mínima atención. Uno es la increíble competencia de Webb, la golfista que los dos últimos años la superó en la lista de ganancias. El otro se llama Visión 54, la filosofía que practica y con la que sale al campo convencida de que puede hacer birdie en cada hoyo.
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