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Reportaje:Campeonato del Mundo de fórmula 1 | AUTOMOVILISMO

Schumacher marca la diferencia

El alemán suma en el Gran Premio de Malaisia su sexta victoria consecutiva y Ferrari copa las dos primeras posiciones

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Con Michael Schumacher ningún récord está a salvo. El alemán dejó ayer atrás a varios históricos (Brabham, Clark y Mansell) y se convirtió en el segundo piloto con más victorias consecutivas. Schumacher ganó el Gran Premio de Malaisia de Fórmula 1, en el circuito de Sepang, y logró así su sexto triunfo seguido. No ha perdido una carrera ni cedido una pole-position desde Monza en 2000. Sólo le supera el italiano Alberto Ascari, que logró nueve entre 1952 y 1953. El germano, con 46 victorias en total, se acerca también a la plusmarca, 51, del francés Alain Prost.

La historia prosigue. Pero en los últimos años apenas cambia. El dominio de Schumacher y de Ferrari es tal que empieza a hacer languidecer a sus rivales. Ni siquiera McLaren-Mercedes, el equipo que llevó al finlandés Mika Hakkinen a ganar dos títulos mundiales en 1998 y 1999, parece en condiciones de frenar su embestida. La escudería italiana ganó el título en 2000 y mantiene su supremacía de de forma humillante para los demás.

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Sepang vivió ayer un nuevo capítulo. Schumacher ganó la carrera y su compañero, el brasileño Rubens Barrichello, fue el segundo, con lo que las banderas rojas de Ferrari ondearon por partida doble. El escocés David Coulthard (McLaren-Mercedes) concluyó el tercero, incapaz de dar alcance a los bólidos de Maranello. Por detrás, Heinz-Harald Frentzen confirmó la excelente progresión del Jordan-Honda mientras que Ralf Schumacher colocó su Williams-BMW en la quinta posición.

Resultó incluso alarmante comprobar como Hakkinen, el hombre que teóricamente debe jugarse el título con Schumacher, no era capaz de adelantar al hermano del campeón mundial. El finlandés ya había anunciado que su Mercedes no estaría a punto en las primeras carreras, pero su problema actual es que ayer estuvo incluso por debajo de BMW y Jordan.

La carrera fue complicada y extraña. Schumacher la corrió con el muleto porque su coche perdía aceite. En la parrilla, Fisichella (Benetton-Renault) se confundió de lugar y obligó a dar una nueva salida. En la segunda, Barrichello tocó a Ralf Schumacher -lo que le relegó a las últimas posiciones- al intentar adelantarle mientras que Raikkonen no logró arrancar. Poco después, Olivier Panis (Bar-Honda) sufrió una pérdida de aceite, incendió el motor y abandonó la carrera.

Después comenzó a llover. Y, entre el agua y el aceite, las salidas de pistas se multiplicaron: los dos Ferrari también las sufrieron, lo que dejó a Jarno Trulli (Jordan) en cabeza. También Trulli se salió y Coulthard llegó a ser líder. Pero la intensidad de la lluvia obligó a neutralizar la carrera con el coche de seguridad. En tres vueltas se habían producido siete abandonos.

Entonces se resolvió la carrera. Todos los pilotos cambiaron de neumáticos. Pero los dos Ferrari colocaron Bridgestone intermedios para lluvia y seco y acertaron. Partieron de la décima y la undécima posición e iniciaron un remonte que resultó imparable.

Michale Schumacher festeja su victoria.
Michale Schumacher festeja su victoria.AP

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