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'EEUU puede y debe dar más ayuda para la reconstrucción de El Salvador'

La representante de California en el Congreso de Estados Unidos, Hilda Solís, consideró hoy que "la administración de George W. Bush puede y debe dar más dinero para la reconstrucción de El Salvador", nación centroamericana que fue víctima de dos terremotos que la devastaron. Sus gestiones a favor de los salvadoreños la llevan actualmente a luchar en el seno del Congreso para que apruebe una partida por 327 millones de dólares, que sumado a lo ya comprometido, sería aproximadamente el 20% de las necesidades para reparar lo destruido.

Solis, de 43 años de edad, es una de las representantes de origen latinoamericano en la actual legislatura estadounidense. En declaraciones a EL PAÍS, a traves del teléfono desde su despacho en Washington, aseveró que "el Gobierno de Bush debe dar más dinero para ayudar a los salvadoreños. Hay que reponer lo destruido: carreteras, hospitales y para dar comida a los damnificados. Lo que se ha dado es una cantidad muy pequeña (110 millones de dólares para dos años), cuando hay más fondos en disposición".

La madre de la congresista Solís es nicaragüense, pero ella considera que tiene sus raíces en toda Centroamérica, región que ha tenido una historia reciente de conflictos y guerras en las que Estados Unidos estuvo involucrada y gastaba anualmente cientos de millones de dólares para frenar a las insurgencias izquierdistas. En El Salador, por ejemplo, Washington apoyó a los gobiernos dictatoriales durante su guerra interna, con más de 6.000 millones de dólares en armas y en entrenamiento para el Ejército.

"Por eso no estamos de acuerdo con lo que Bush quiere dar, pero necesitamos mucho apoyo de parte de la comunidad salvadoreña y latina en general. Hay que enviar cartas, faxes y correos electrónicos directamente al presidente Bush, a la Casa Blanca, para pedirle más ayuda para El Salvador. Hay que decirle frente a frente que se puede hacer más, porque ya lo hicieron en el pasado apoyando guerras en Centroamérica", explicó la legisladora.

Agregó que el esfuerzo habría que hacerlo también en El Salvador, pero que el principal movimiento debería formarse en Estados Unidos, con la unidad de toda la comunidad latina, incluyendo a los mexicanos, sudamericanos y centroamericanos, que cada vez cobran más fuerza política en la norteña nación.

Por otra parte, la congresista Solís aseguró que la lucha por lograr una amnistía por 18 meses para los inmigrantes indocumentados salvadoreños (TPS en sus siglas en inglés), quienes no podrán ser deportados y que además podrían recibir permisos de trabajo, fue también una expresión de un esfuerzo que se remonta al periodo en que gobernó Bill Clinton.

"Hicimos una campaña grande de solicitudes para ayudar a los inmigrantes salvadoreños residentes en Los Ángeles, enviamos miles de cartas a la ex fiscal Janet Reno", explicó.

"Desde el primer terremoto que sufrió El Salvador comenzamos la campaña a favor del TPS a favor de los salvadoreños. Aquí nos juntamos el congresista también de California, Howard L. Berman y yo, y le enviamos cartas a Bush en las que le expresamos que estábamos interesados en la aprobación de esa amnistía para ayudar a El Salvador", agregó la legisladora.

El TPS beneficiará a unos 150.000 cabezas de familias salvadoreños ilegales que se encontraban en Estados Unidos antes del 13 de febrero de 2001, cuando se produjo el segundo terremoto en El Salvador. Esta medida reviste gran importancia ya que una de las fuentes más seguras de ingresos externos de esta nación centroamericana son las remeses familiares. Durante el año 2,000 los 2,3 millones de salvadoreños que residen en Estados Unidos -legal o ilegalmente- enviaron 1.750 millones de dólares, lo que representa el 13% del Producto Interno Bruto (PIB) y cinco veces las exportaciones de café, el producto principal de exportación.

"Cuando a principios de marzo vino el presidente de El Salvador, Francisco Flores, y nos dijo que Bush iba a aprobar el TPS, nosotros nos alegramos pero sabíamos que esta medida no hubiera sido posible sin el esfuerzo y la lucha que impulsamos. Además había que agregar que Bush está conciente de la necesidad que tiene del apoyo de los latinos, porque en California, donde viven muchos de ellos, no votaron por su candidatura y ahora quiere tener la oportunidad de decir que él los ha beneficiado", aseveró Solís.

La ola migratoria de salvadoreños hacia Estados Unidos se inició en los años 80, en coincidencia con el comienzo de la guerra civil, que en El Salvador duró 12 años y que costó 75.000 muertos.

La comunidad salvadoreña es la segunda más importante entre la latina, después de la mexicana, que tiene 10 millones de habitantes que envían 5.000 millones de dólares anuales a México.

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