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AJEDREZ | TORNEO DE MÓNACO

Rápido y sin ver las piezas

Nada de largas reflexiones y posturas de estatua. El torneo Melody Amber se disputa cada año en dos modalidades que reflejan las facetas más espectaculares del ajedrez: partidas rápidas y a la ciega. Los dos campeones del mundo, el oficial Viswanathan Anand (India) y el oficioso Vladímir Krámnik (Rusia), ausentes en Linares, reaparecen en Montecarlo junto al español Alexéi Shírov, vencedor el año pasado, el ruso Anatoli Kárpov y otras estrellas.

El mecenas holandés Joop Van Oosterom bautizó este original torneo con el nombre de una de sus hijas en 1992. Krámnik lo ha ganado tres veces; Anand y Shírov, dos; Kárpov, el yugoslavo Ljubomir Ljubójevic y el ucranio Vasili Ivanchuk, una. Bien pagados (unos 25 millones de pesetas en premios) y lujosamente tratados, los ajedrecistas asombran en cada edición porque son capaces de producir partidas excelentes, a pesar de que disputan dos cada día. Cada una de ellas dura aproximadamente una hora; en la segunda juegan sin ver las piezas. Cada modalidad tiene una clasificación independiente, pero gana el torneo quien se lleva el primer premio de la combinada.

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Jugar a la ciega sin cometer errores de bulto es relativamente fácil para cualquier ajedrecista profesional. Pero hacerlo con un alto nivel de calidad y frente a rivales de élite requiere un gran consumo de energía: en el torneo de Mónaco, cada jugador tiene ante sí una pantalla de ordenador donde ve un tablero vacío, el tiempo consumido por ambos y la última jugada de su rival, escrita en notación algebraica (como en el juego de los barquitos). Con esa escueta información debe imaginar dónde están cada una de las piezas, elaborar planes y calcular variantes. Y todo ello muy rápido. Mientras tanto, los espectadores ven la posición completa a través de tableros electrónicos y pantallas gigantes.

El torneo se disputa por el sistema de liga a una vuelta hasta el día 29 (descanso el 21 y 26) entre los seis jugadores citados y otros seis que no regalan nada: Zoltan Almasi (Hungría), Borís Gélfand (Israel), Peter Leko (Hungría), Véselin Topálov (Bulgaria) y Loek Van Wely (Holanda).

Los aficionados que se desplacen al principado obtendrán el máximo provecho si viajan entre los días 22 y 25: encontrarán en Cannes a los astros que no están en Montecarlo: los rusos Gari Kaspárov, Alexánder Morosiévich y Alexánder Grischuk, el británico Michael Adams y la húngara Judit Polgar, entre otros, disputarán la Copa del Mundo de partidas rápidas en esa ciudad. Para explicar tan extraña coincidencia, la Federación Francesa asegura que la sede de Cannes –que es la del festival de cine- sólo estaba disponible en esas fechas. De modo que los catorce mejores ajedrecistas del mundo estarán en la Costa Azul, separados por 50 kilómetros.

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