Un ordenador en el bolsillo

Podría decirse, sin temor a dudas, que el mundo entero cabrá pronto en una pequeña lámina de plástico. Para convencerse, basta con echar un vistazo al IV Congreso Internacional sobre tarjetas CIT 2001, que durante tres días organiza la empresa IIR España en el Palacio Municipal de Congresos.

Las tarjetas, esos elementos prácticamente indispensables en estos tiempos, pasarán a convertirse a partir del próximo año, según Peter Möhring, de la empresa GyD Ibérica, en pequeños 'ordenadores de bolsillo'.

La idea que manejan las empresas del sector es sustituir la banda magnética de estas piezas por un microprocesador gracias al cual será posible reunir todas las tarjetas en una sola. Así, un usuario podrá adquirir una tarjeta que tenga las funciones de débito, crédito, teléfono e, inclusive, sistema de pago para el autobús.

'La tendencia es cada vez más hacia este tipo de servicio. Con ello también será posible unir las tarjetas financiera y sanitaria. Hasta se podrá hacer la declaración de la renta', dice Magdalena Mayayo, de Datacard Group, una de las firmas que trabajan en este campo. Mayayo asegura que algunas cajas de ahorro en España empiezan ya a utilizar este tipo de servicios. Peter Möhring, de GyD Ibérica, en cambio, cree que su despegue definitivo se producirá el próximo año.

Datacard Group trabaja también en el llamado sistema PMA, o plataforma de gestión de tarjetas chips (microprocesadores). Mediante esta fórmula, se podrán crear enormes bases de datos con las cuales el usuario, en caso de pérdida de su tarjeta, podrá recuperar la información y programas que allí había almacenado.

Pero la tecnología no termina ahí. La compañía ID.SYS prepara ya la presentación de 800 kioscos interactivos con los que conseguir una tarjeta de cualquier tipo será tan fácil como comprar el pan en la tienda del barrio.

Se trata de una terminal donde el cliente podrá renovar sin problemas cualquier tarjeta. 'Si, por ejemplo, ha caducado su tarjeta y quiere renovarla, sólo tiene que introducirla ahí (la terminal) y enseguida le saldrá una nueva', explica Laurent Berger, el director general de la compañía. Con este artefacto, Berger cree que los clientes no tendrán que esperar ni un sólo minuto y se evitarán las colas en los bancos y en los supermercados cuando quieran obtener una tarjeta de fidelidad (que garantiza que se es cliente del establecimiento).

Y para los fanáticos compradores por Internet, la tecnología ofrece una buena noticia. Los clientes ya no tendrán que temer a la hora de efectuar una compra virtual. Sus datos, según el grupo empresarial Teleinformática, estarán 'completamente' protegidos gracias al sistema Safewww, una especie de guardián que impide que otra persona pueda utilizarlos.