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Gibraltar prepara su 'descolonización'

Habrá proyecto de Constitución en un año

Aunque teóricamente la reforma de la llamada constitución gibraltareña -España la califica de 'carta otorgada'- se encuentra en una fase preliminar de debate, lo cierto es que el acuerdo existe desde un principio y que el proyecto, de haber una decisión política, podría ser ultimado ya mismo. Lo confirma el líder de la oposición, Joe Bossano, cuando afirma que 'hay un consenso sobre el 80% del borrador', pero más aún cuando añade: 'A nosotros nos basta que el proyecto diga que con la aprobación de esta constitución quedaremos descolonizados'. Y es imposible que el ministro principal, Peter Caruana, niegue la existencia de un acuerdo en ese sentido, ya que él mismo viene predicando la reforma constitucional como instrumento de descolonización desde 1997. El socialdemócrata Caruana y el laborista Bossano son los dos únicos miembros que realmente cuentan entre los cinco integrantes del Comité ad hoc creado por la Asamblea de Gibraltar para reformar la constitución.

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Desacuerdo sobre plazos

Si el acuerdo de fondo existe, otra cosa es el ritmo que debe seguir el proceso. Caruana, que tiene raíces de 'palomo', es decir, entre los gibraltareños más abiertos al entendimiento con España, aunque su gestión no haya respondido a ese origen, se muestra prudente y no habla de calendarios ni plazos. En su entorno, se destaca que el ministro principal 'no quiere forzar una confrontación con España' y que es consciente de que la reforma de la constitución puede provocarle también tensiones con el Reino Unido. Pero dentro de La Roca no falta quien opine que Caruana ha dado ya tantos pasos hacia esta pretendida descolonización que está perdiendo el control del proceso.

Bossano, que siempre atizó el nacionalismo gibraltareño, asegura que 'en un año, el borrador de la nueva constitución será presentado en Londres'. En medios diplomáticos británicos destacados en Madrid se maneja ese mismo plazo de un año.

¿Hay que pensar que Caruana o Bossano creen realmente que si el proyecto fuera aceptado por Londres, sancionado positivamente en el Parlamento de Westminster y aprobado mediante consulta popular en el Peñón eso bastaría para que el Comité de Descolonización de la ONU reconociera la 'autodeterminación' de Gibraltar y anulara la inscripción del territorio como colonia que los británicos hicieron en 1948?

Ambos saben perfectamente que no será así, pero no parece importarles demasiado. Thomas Cruz, un joven abogado del partido de Caruana que ha elaborado la propuesta clave de reforma de la constitución, porque todo el mundo sabe que es la del ministro principal, sostiene que la negativa del comité sería llevada al Tribunal Internacional de La Haya y la misma opinión expresa Bossano, que, sin embargo, revela un objetivo más práctico y a mucho más corto plazo: 'Mire usted, si Londres acepta sentarse con nosotros a discutir un borrador de reforma constitucional en el que se hable de descolonización, el proceso de Bruselas quedará enterrado en ese mismo momento'. Fuentes diplomáticas británicas destacadas en Madrid afirman: 'Hemos dicho a los gibraltareños que consideraremos cualquier propuesta que decidan presentarnos'.

Liquidar Bruselas

Tampoco Caruana oculta que su plan de reforma constitucional tiene como objetivo fundamental liquidar el proceso de Bruselas. El 27 de septiembre de 2000, cuando presentó ante la ONU el Comité ad hoc para la reforma, advirtió expresamente al Comité de Descolonización que no insistiera en promover el histórico acuerdo por el que Fernando Morán y Geoffrey Howe abrieron un diálogo sin precedentes entre España y el Reino Unido sobre la soberanía del Peñón. 'Esas conversaciones no han progresado desde que comenzaron en 1984. De hecho, las dos partes no se han reunido desde diciembre de 1997', dijo Caruana.

1997 fue precisamente el año en el que el entonces flamante ministro principal de Gibraltar presentó su 'nuevo plan de acción' ante la ONU: una reforma constitucional que, aún dejando la Roca bajo soberanía británica, 'si fuera aceptada por el pueblo en referéndum, equivaldría a una relación no colonial y a un ejercicio efectivo y válido del derecho de autodeterminación bajo los términos de la cuarta opción establecida en la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de 24 de Octubre de 1970'. Esa vaga 'cuarta opción' es la fórmula mágica con la que Caruana pretende sortear la imposibilidad de descolonizar Gibraltar por cualquiera de las tres vías habituales: independencia, integración en la metrópoli o asociación a ésta como Estado libre. Las tres chocan con la cláusula del Tratado de Utrech, que establece que Gibraltar se retrotraerá a la soberanía española en el momento mismo en que deje de ser de los británicos.

El Gobierno español sigue con inquietud la evolución de este asunto. El ministro de Exteriores, Josep Piqué, intervendrá hoy en el Congreso para volver a exigir a Londres el diálogo sobre la soberanía, y el PP presentó ayer una proposición no de ley para tratar de obtener el apoyo de la Cámara a esta exigencia.

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