El mal tiempo convierte en odisea el Campeonato de Europa de esquí de montaña

La irregular temporada de esquí tuvo el fin de semana pasado un nuevo desencuentro climatológico que amenaza con repetirse estos próximos días, dado el temporal que se abate sobre el norte del país. La mayoría de las estaciones aragonesas retrasó la apertura de sus pistas, cerró varias y comprobó cómo el mal tiempo empieza a arruinar sus expectativas económicas. Para este fin de semana se anuncian lluvias y descenso de las temperaturas en el Pirineo.

Con todo, los más perjudicados por el temporal no fueron los habituales de pistas y remontes, sino aquellos que usan los esquís tanto para descender como para ascender por las pendientes nevadas. La estación de Candanchú acogía el domingo el Campeonato de España y el de Europa de esquí de montaña, que pese a todo, acabó celebrándose. La organización tuvo que modificar el recorrido de la prueba, convirtiéndola en poco más que una exigua subida al Tobazo (una de las pistas de Candanchú) y su posterior descenso. Tan escaso recorrido dio pie, sin embargo, a situciones calamitosas: varios participantes afectados por serias hipotermias tuvieron que ser ayudados por las servicios sanitarios y se registraron numerosos accidentes.

La prueba arrancó bajo un auténtico aguacero que empapó a los participantes. Estos tuvieron que enfrentarse, en lo alto del Tobazo, a vientos de 90 kilómetros/hora y a un descenso entorpecido por la niebla. El alavés Pedro Añarbe, uno de los principales candidatos al título nacional de la especialidad sufrió un particular via crucis: un participante pisó sus esquís y otro partió sus bastones, sin los cuales es imposible progresar. Un espectador prestó a Añarbe un juego de bastones, con los que compitió para acabar en la octava posición después de una remontada espectacular. Otro alavés, Ibai López, ocupó también la octava plaza en promesas.

La tercera prueba del circuito Ballantine's de snowboard, que debía celebrarse en la estación de Cerler, quedó suspendida al encontrarse cerrada por la niebla la pista escogida para la celebración de la misma.