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Crónica:Liga de Campeones | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia aplasta al Sturm

El equipo de Cúper se clasifica para los cuartos de final tras imponerse en Austria

Bastó que Ayala apuntara la defensa atrás y que el Valencia pusiera en pie su exquisito triángulo atacante (Aimar, Mendieta y Sánchez) para destrozar al pobre Sturm Graz sin contemplaciones. Por cierto, vaya rival tan pésimo, impropio de estas alturas de la competición. El equipo de Cúper disputó un partido sencillísimo, encarrilado por su gol inicial y por la expulsión de un defensa del Sturm. El conjunto de Cúper se clasifica así para los cuartos de final y todavía puede ser primero de grupo.

El Valencia no se anduvo con chiquitas en el Arnold Schwarzenegger y puso sobre el tapete, desde el principio, la gigantesca distancia que lo separa del limitadísimo Sturm. Así que, justo donde los hinchas austríacos habían colocado una pancarta en español con la leyenda 'Hasta la vista, Valencia', Ayala cabeceó cruzado a la escuadra un córner que centró Mendieta. Hasta la vista Sturm Graz. Precisamente el capitán valencianista buscó raudo la alianza con Pablito Aimar y les escondieron el balón a los jugadores austriacos, que eran luchadores, por decir algo.

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El Sturm aprovechó que el Valencia jugaba sin lateral izquierdo por la lesión de Carboni y hurgó en penetraciones por la derecha. En ésas estaba el partido, con la entusiasta afición del Graz puesta de pie ante el atisbo del empate, cuando de pronto Schupp cometió un error calamitoso: envió un pase tan atrás y tan defectuoso que fue a parar a Carew, que fue derribado por Prilasnig al entrar en el área. El árbitro, que seguía la jugada desde su casa, se dedicó varios minutos a consultar la acción con sus auxiliares, puesto que no se había enterado de nada. Después de tanta deliberación, el árbitro expulsó al defensa austríaco y señaló una falta junto a la línea del área que Mendieta dispararía a la barrera. La superioridad valencianista, si ya era palpable, se hizo abusiva. Se recrearon los de Cúper en la posesión del cuero, si bien resultó un dominio bobalicón y sin sustancia. A Aimar le faltó la frescura de otras veces en el último pase, quizá disminuido por la gripe que le afectado en los últimos días. La superioridad numérica de los españoles les reclamaba que abrieran bien el juego por las bandas, pero ni Kily por un lado ni Angloma estuvieron por la labor. Especialmente el Kily, que tenía la noche floja. Vicente, en el banquillo después de su gran actuación en Zaragoza, esperaba que Cúper le dijera: 'Usted, caliente'.

Aimar reservó su mejor repertorio para la segunda mitad. Enchufó su magnífica conexión con Mendieta y destrozaron al Sturm en un par de minutos. Tic-tac, tic-tac. Caricaturizados. Ahora sí, el ataque valencianista se desarrolló con toda la intención del mundo. Una catarata de jugadas de gol. Casi todas bien diseñadas por las brillantes cabeza de Aimar y Mendieta; bien interpretadas también por el avispado Sánchez. De esta asociación vino el segundo tanto, así como el inmediato gol anulado, un error descomunal del árbitro asistente: señaló un fuera de juego imposible, pues Aimar se la da al Kily ante la presencia del portero local y de un defensa. Daba lo mismo. El Sturm era una birria y el Valencia acabó abusando de él.

Aimar lucha con un rival.
Aimar lucha con un rival.JOSÉ JORDÁN

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