El fracaso académico y el absentismo perduran como los principales problemas de los niños gitanos

La Federación de Asociaciones Romaníes de Andalucía (FARA) realiza desde 1989 programas, auspiciados por la Junta y el Gobierno central, que en un principio se centraban en la escolarización de los niños gitanos. Superado este problema, los puntos débiles son el absentismo, que disminuye paulatinamente, y el fracaso escolar. El coordinador regional del programa de apoyo a la escolarización infantil gitana, José María Aumesquet, asegura que 'aún queda mucho por hacer en la concienciación de las familias y en la dotación de recursos a los centros para atender la diversidad cultural'.

Los datos de absentismo escolar en la comunidad gitana de Andalucía presentan grandes avances en los últimos años. Según los datos del programa de concienciación que la FARA acomete en más de 120 centros de la región y que atiende a 6.728 alumnos gitanos, el 25% de éstos faltan a clase. Las cotas difieren en función de las provincias. El índice más alto de absentismo lo presenta Huelva, con más de la mitad de los escolares inscritos, seguida de Córdoba, con un 46%. El polo positivo lo representan Málaga y Cádiz, que reflejan un 10 y un 13% de ausencia en las aulas, respectivamente.

El coordinador regional del programa de apoyo, José María Aumesquet, se satisface al ver cómo la escolarización plena está prácticamente conseguida, ya que sólo un 5% de los niños no son matriculados. No obstante, hace hincapié en lo grave que sigue siendo el absentismo, que se eleva en la etapa de 12 a 16 años. Para Aumesquet, la causa está en que la escuela 'no es atractiva para los niños gitanos'. El otro gran problema es el fracaso escolar.

Las soluciones pasan, según el coordinador regional, por dotar a los centros y al sistema de un planteamiento intercultural de la educación, una perspectiva que ahora cobra más importancia por la inmigración. 'Aunque la Logse recoge este precepto de diversidad cultural, su aplicación es insuficiente al día de hoy y es muy importante que el alumno gitano se vea identificado en los materiales didácticos', precisa Aumesquet.

Otro punto débil es el referente al profesorado. El trato de estos niños de difícil adaptación requiere una preparación especial de los maestros, que 'no son aptos para atender a estos alumnos', recalca el coordinador, quien sostiene que existe una carencia de profesorado de apoyo y de adaptación de las materias al nivel de los niños gitanos, que presentan un atraso respecto a los demás alumnos, y presentan mayores dificultades de aprendizaje. 'Esto provoca que muchos estudiantes lleguen a los últimos cursos de la educación básica sin saber leer'.

En las escuelas analizadas por el programa de apoyo a la escolarización gitana, 85 monitores que se encargan de concienciar a las familias y de hacer un seguimiento durante el curso. Los datos recogidos muestran que de los alumnos gitanos matriculados, el 17,5% son de Infantil, el 63,3% pertenecen a Primaria y el 19,2% están inscritos en Secundaria. En cuanto a los escolares no gitanos de las escuelas seguidas, el 17,6% son de Infantil, el 55% están en Primaria, mientras que el 27,4% cursan Secundaria. Según Aumesquet, el abandono en la etapa de 12 a 16 años responde al mayor absentismo y fracaso escolar acumulado en esta fase.