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Coca-Cola se reorganiza tras la dimisión de su 'número dos'

La compañía estadounidense Coca-Cola anunció ayer una amplia reestructuración de sus actividades al tiempo que daba a conocer la dimisión de su número dos , Jack Stahl. La reorganización de la multinacional sigue la estela de cambios que se inició en 1999, con la dimisión de su entonces presidente, Douglas Ivester, y sus sustitución por el actual, Doug Daft, tras la polémica creada por la crisis de las bebidas contaminadas en Europa.

Según el comunicado dado a conocer ayer por la compañía de Atlanta, tras la dimisión de Stahl, el grupo dividirá su estructura en tres grandes apartados geográficos (América, Asia y Europa-África) y habrá un cuarto departamento dedicado a explorar "nuevas oportunidades" de negocio. El responsable de este último departamento, aún por nombrar, sólo rendirá cuentas ante el número uno de la compañía, Doug Daft.

Para pilotar cada una de las grandes áreas en que se repartirán las actividades de Coca-Cola han sido nombrados Jeffrey Dunn (América), Sandy Allan (Asia) y Charles Frenette (Europa / África). "Cada área tendrá su propia dirección y trabajará para aprovechar las oportunidades que se presenten y crear valor [para el accionista]", explicó ayer Coca-Cola.

Tensión

Los cambios en la cúpula de la multinacional del refresco mantienen la tensión en una dirección que en los últimos años se ha esforzado por mantener a la compañía como la número uno del mercado estadounidense y mundial y que no ha podido evitar una cierta pérdida de pulso tanto en los mercados como en la Bolsa, aderezado, todo ello, con algunas ruidosas noticias que han afectado a su imagen. Fue el caso de la contaminación de envases en Europa, las demandas por el comportamiento presuntamente racista de algunos antiguos directivos presentadas en EE UU y el peligroso acercamiento de su más directo competidor, Pepsi.

Douglas Daft, sucesor del polémico Ivester, quien pilotó los dos años más polémicos del grupo y se marchó a casa con una indemnización superior a los 5.000 millones de pesetas, parece querer dar un nuevo impulso a la compañía para apuntalar su liderazgo.

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