Artistas tardíos

Mari Carmen Cañamero es una de las más jóvenes del grupo aunque tiene ya 59 años. Su sueño siempre fue ser artista, pero siempre ha tenido que conformarse con mirar por la ventana de la academia donde preparaban a las niñas para saltar al difícil mundo del escenario. Sin embargo, hoy ya puede decir que ha sido una de las estrellas protagonistas y que ha actuado en un teatro con casi 600 espectadores pendientes de sus cuplés y sus cantes flamencos. Ella, junto con otros 16 jubilados, han formado la compañía Café de Chinitas para interpretar la historia de este café tan popular en la Málaga de finales del siglo XIX y principios del XX. 'En su época fue el punto de encuentro de artistas, bohemios e intelectuales, donde se escuchaba el mejor flamenco, la copla, el cuplé y el sainete. Permanecía casi todo el día abierto y se hacían desde peleas de gallos a clases de teatro', afirma el dramaturgo y director de la obra Jacinto Esteban.

Su primer nombre fue Café Royal. El azar quiso que viniese hasta el Sur un transformista que artísticamente se llamaba Chinitas. Éste consiguió tanta fama que el teatro se quedó con su nombre. Lola de Córdoba, una artista que lleva desde los ocho años en el mundo del cabaret, interpreta su papel en esta historia cantada. Junto con ella, el señorito y la florista contarán las anécdotas de todos los personajes que vivieron la bohemia malagueña.

Ya en 1986 se hizo una primera versión de este montaje. Se estrenó en el Teatro Alameda de Málaga, donde actúan ahora, con música y arreglos de Guillermo Carretero y un numeroso reparto en el que se encontraban Niño Bonela, José Solea, María La Faraona y Pepito Vargas y La Terremoto al baile. Se hicieron 14 representaciones en las que siempre se colgó el cartel de no hay localidades. El año pasado, después del casting de La Mayor Estrella, celebrado durante la VI Semana del Mayor, el buen hacer de estos hombres y mujeres que superan los 50 años llevaron a Jacinto Esteban a plantearse una nueva puesta en escena del Café de Chinitas. 'En esta obra la experiencia de sus vidas hace renacer la auténtica esencia de una época, que unos desconocen y para otros permanece en el olvido', asegura Esteban. 'En cada representación se une la interpretación, el cante grande, el cuplé, la copla con voces espléndidas, el humor, la carcajada y el embrujo, que se hacen dueños de la noche', añade.

Bajo la dirección musical de Juan José Soto, se cantarán coplas de León, García Padilla y Mostazo, La Rita, de Olivares y Solano, El agüita del querer de Castellanos, Málaga Dama y Señora, de Esteban y Soto, entre otras. Y uno de los platos fuertes será el Don Juan Tenorio erótico. En el máximo apogeo del café, éste era un número famoso. El problema era la reacción del público. Para evitar sufrir algún daño con las numerosas hortalizas que les tiraban tenían que colocar una tela metálica justo delante del escenario. En este paseo por la ciudad romántica tampoco podía faltar un tablao flamenco en el que se dé buena cuenta de los diferentes palos del flamenco.

María Montiel también forma parte de este proyecto. Tiene 63 años y ha contado desde el principio con el apoyo y el orgullo de su familia. Cuando acabó el colegio, con 15 años, quiso seguir estudiando para llegar a ser artista. Sin embargo, su padre se lo prohibió y ha trabajado, hasta jubilarse, como limpiadora en la Universidad de Málaga.

Junto con Mari Carmen son miembros de un coro flamenco de la asociación de mayores de su barriada. Llevan casi cuatro años haciendo teatro pero nunca se habían visto envueltas en un proyecto de tanta envergadura. Ahora ya pueden decir que se ha cumplido uno de sus sueño. Nunca es demasiado tarde.