Venero regresa a Lima para acogerse a la ley de confesión sincera
Venero es considerado como uno de los testaferros del ex hombre fuerte en Perú y uno de sus hombres de confianza; pertenecía al círculo íntimo del ex asesor presidencial, junto con Juan Valencia, Matilde Pinchi Pinchi y Luis Duthurburu. Se dice, por ejemplo, que, si algún militar quería un ascenso en el Ejército, el mejor contacto era Venero, conocido en las fuerzas de seguridad por ser uno de sus principales proveedores de uniformes -en los inicios- y luego de armas.
Jubilaciones para militares
Además,Venero era conocido como el mandamás de la Caja de Pensiones Militar Policial. Un sistema de jubiliaciones exclusivo para militares y policías, a través de descuentos obligatorios de sus remuneraciones. Es una institución que se gobierna con leyes propias, una suerte de banco que está facultado para prestar dinero y realizar inversiones a discreción. Se dice que se halla prácticamente en quiebra debido a un grave déficit, ya que las inversiones no arrojaron la rentabilidad esperada. "Venero hacía y deshacía a su antojo con los fondos de la Caja Militar, bajo la protección de Montesinos", dijo un fiscal.
La Comisión del Congreso que investiga el caso Montesinos denunció penalmente a Venero por los delitos contra el patrimonio y contra la administración de justicia. Se le acusa de pertenecer, junto con Juan Valencia, Luis Enrique Duthurburu y otros, a una "red encargada de ocultar el dinero mal habido de Montesinos".
De acuerdo a las investigaciones, Venero utilizó a sus familiares directos y políticos para abrir cuentas, repatriar y transferir fondos desde bancos del exterior y emitir certificados bancarios, con la intención de "limpiar" el dinero obtenido del tráfico de armas y narcotráfico.
La comisión del Congreso que preside el congresista David Waisman cuenta con testimonios de por lo menos tres personas que aseguran haber recibido de un millón y medio a tres millones de dólares de manos de Juan Valencia -otro personaje del entorno de Montesinos ahora en prisión- sumas pertenecientes a Víctor Venero.
El supuesto testaferro, por ejemplo, tendrá que explicar ante las autoridades los orígenes de 22 millones de dólares depositados en varias cuentas del Banco de Comercio, entre cuyos titulares aparecen varios de sus parientes.
Venero, por su parte, niega ser testaferro del ex asesor presidencial y asegura que todas sus propiedades son el resultado del trabajo realizado durante los últimos 20 años. "No tengo propiedades de segundos o terceros a mi nombre, todas las propiedades son mías, fruto de 20 años de trabajo que en su momento voy a demostrar", dijo Venero en declaraciones al diario Expreso . Sin embargo, asegura estar dispuesto a decir su verdad y acogerse a los beneficios de la ley de confesión sincera.
Iniciada la investigación del caso Montesinos, el Congreso aprobó el proyecto de ley presentado por el Gobierno de Valentín Paniagua, mediante la cual se establecieron beneficios de exención y reducción de penas para los procesados que ofrezcan información útil, veraz y oportuna.
En breve, Venero se reunirá con el procurador del caso Montesinos , José Ugaz , a quien tendrá que contarle "toda su verdad". Si las autoridades consideran que la información es valiosa, podrá firmar un pre acuerdo que luego tendrá que ser evaluado por la fiscal del caso. De ser aceptado el acuerdo, se iniciará la etapa de verificación de la confesión y, si la información pasa el examen, Venero recibirá los beneficias por su colaboración con las autoridades.
Alberto Kouri: "He reconocido mi error"
"He reconocido públicamente mi error y he pedido perdón al pueblo peruano, en especial a mis 36.213 electores. Mi caso ha pasado a un plano secundario dada la magnitud de las revelaciones de los vídeos subsiguientes... asumo mi error y lo llevaré conmigo siempre, pero todo ser humano debe tener otra oportunidad", fue el mensaje que envió el ex congresista Alberto Kouri a un diario local, días antes de regresar al Perú y entregarse a la justicia. Kouri fue el primer peruano que apareció en los ya famosos vladivídeos, con el salón del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) como escenografía y con Vladimiro Montesinos como protagonista. La escena principal: el ex jefe de los servicios secretos entregando 15 mil dólares al entonces congresista de la oposición para lograr su pase a las filas del fujimorismo. Kouri ha regresado al Perú, tras permanecer por más de cuatro meses en Estados Unidos, con la intención de hacer parecer su delito como si un simple error. Para la justicia, sin embargo, el ex congresista deberá enfrentar una acusación por presuntos cohecho y enriquecimiento ilícito. La difusión de ese vídeo -el 14 de setiembre de 2000- significó la caída del Gobierno del ex presidente Alberto Fujimori, con la fuga a Japón del ex mandatario y su posterior renuncia a la presidencia, así como la huida, con destino desconocido, de Montesinos. Significó, también, la incautación de otros centenares de vídeos que han permitido constatar la magnitud y ramificaciones de la red de corrupción que lideraban Fujimori y su ex asesor e iniciar su desarticulación. Una mafia que utilizó la coima para controlar los poderes electoral, judicial y legislativo, así como a la prensa. Actualmente hay 300 personas investigadas, 95 con proceso judicial en curso y más de medio centenar de detenidos. Montesinos tenía pasión por controlar los medios de comunicación. Las investigaciones han permitido conocer contratos que suscribieron los directores y propietarios de medios, mediante los cuales Montesinos lograba el control de la línea editorial a cambio de entregarles una buena paga. Tal fue el caso de los accionistas minoritarios del Canal 2, los hermanos Samuel y Mendel Winter, quienes recibieron 5 millones de dólares. Ambos se encuentran detenidos. Por su parte,José Enrique y José Francisco Crousillat, propietarios del Canal 4, firmaron un contrato mediante el cual el jefe del SIN se comprometía a entregar un millón y medio de dólares mensuales, durante seis meses, a cambio de controlar la línea editorial y publicitaria durante la pasada campaña electoral. Ambos lograron fugarse del país. Del mismo modo, los tentáculos de la mafia montesinista irrumpieron en la prensa escrita. Por ejemplo, el ex director del diario Expreso, Eduardo Calmell del Solar, por ejemplo, firmó "compromisos de colaboración y apoyo" con Montesinos mediante los cuales recibía mensualmente 500.000 dólares para "fortalecer su posición patrimonial", según los documentos hallados
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