_
_
_
_
Crítica:ORQUESTA NACIONAL DE FRANCIA | SINFÓNICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Virtuosismo orquestal

Desde su fundación, en 1934, la Orquesta Nacional Francesa ha tenido a su frente a maestros como Inghelbrecht, Rosenthal, Desormier, La Roux, Maazel o Dutoit, garantes todos de la mejor tradición de la música francesa. Se ha demostrado, una vez más, en su versión de Nubes y Fiestas, de Debussy, aun cuando la batuta del actual titular, el estoniano Neeme Järvi, pertenezca, por temperamento y formación, a otro mundo cultural y a distintos ideales sonoros. Y es que las orquestas estables suelen conservar con fuerza su identidad, además de una calidad, un gusto por la delectación sonora y un virtuosismo tan definitorio como el de la gran formación gala.

Resucitó en los programas El cazador maldito, de César Franck, sobre una balada del poeta germano Gottfried August Bürger (1747-1794), destacado representante del Sturm und drang. El tema tiene tradición no sólo en Alemania, sino también en el País Vasco o Cataluña, y baste citar las versiones de Maragall y Rumeu. Musicalmente, la obra de Franck se avecina a la corriente alemana, Wagner incluido, y durante mucho tiempo fue página de programación habitual entre nosotros.

Ciclo Complutense de Conciertos

Orquesta Sinfónica Nacional de Francia. Director: N. Järvi. Obras de Franck, Debussy, Bizet y Moussorgski-Ravel. Auditorio Nacional. Madrid, 22 de febrero.

Lo sigue siendo otra invención francesa, en este caso de Bizet, destinada a La Arlesiana, de Alphonse Daudet, estrenada en París el año 1872, 11 años anterior a El cazador maldito, pero su frescor y transparente textura, unido a la precisa luminosidad de ideas y formas, la mantiene viva e incluso popular. Para finalizar el atractivo concierto, Järvi y la formación parisiense abordaron una creación de dos genios: los Cuadros de una exposición, escritos para piano por Moussorgski en 1874, orquestada en 1922 por Ravel y estrenada ese año por Koussevitzky en sus series de la capital francesa.

La plasticidad de la música original, acrecentada por la mágica fantasía instrumental del autor de Dafnis, exige un virtuosismo individual y colectivo que la Nacional Francesa posee en grado sumo, de modo que, aun sin agotar las posibilidades, el éxito de su nueva audición fue grande y unánime, con lo que la Universidad Complutense, patrocinadora anual de unos ciclos sinfónicos, se apuntó un tanto muy notable.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_