'El arte no tiene por qué ser bello ni comprensible'
Amante de los establecimientos de Todo a 100, aficionada a la moda reciclada, creadora multifacética que se considera sobre todo escultora, Edurne Herrán (Ingostadt-Donau, Alemania, 1978) expone desde hoy en la galería de Juan López de Ael (Zapatería, 79). Fue el responsable de este espacio de reciente apertura en Vitoria quien animó a Herrán a presentar al público sus muñecos que, sin dejar de ser juguetes, destilan perversión por todos sus poros.
Pregunta. ¿Cómo califica los contenidos que presenta hoy en Vitoria?
Respuesta. Son muñecos manipulados en los que incluyo materiales que siempre están a mano de las mujeres, pero dándoles otros usos, como los estropajos de níquel o los alfileres y agujas de costura. Trato, en fin, de construir otras realidades.
P. El resultado no deja de tener algo de perverso.
R. El muñeco nunca pierde su función de juguete, pero también intento buscarle otra finalidad, que transgreda su emparejamiento con el mundo infantil. Y esto lo he podido ver también en el público: hay gente que se queda en el aspecto más inocente del objeto, mientras que otros, al ver esa connotación perversa, lo miran con rechazo.
P. Entre los creadores de estos últimos años, se ve una afición cada vez mayor por el uso de objetos de segunda mano o de calidad ínfima.
R. Estamos en una sociedad de consumo, que nos bombardea continuamente con cantidades astronómicas de mercancías. Yo, por ejemplo, soy una fanática de los Todo a 100, ejemplo extremo de lo que comento. Ahí se ve claramente la cantidad de objetos inútiles que se venden y se compran.
P. ¿El uso de estos materiales no convierte a sus creaciones también en productos artísticos de segunda fila?
R. El arte no tiene por qué ser bello, ni comprensible. Ni mucho menos la calidad de las materias está en relación directa con la categoría de la obra final. Es más, yo siempre pienso en mi propia satisfacción, aunque es cierto que la provocación también da cierto morbo.
P. Además de estas esculturas, también ha preparado algún desfile.
R. Concibo el arte como una expresión vital, por lo que todo el tiempo estoy dedicada a crear trabajos nuevos; no lo concibo como un trabajo con horario. Además, me gusta mucho coser y trabajar con telas, actividades que están en el origen de algunos diseños de lo que llamo baja costura.
P. Dentro de un año, se inaugurará el Museo Artium, ¿qué espera de él?
R. Me imagino que será un espacio para el nuevo arte, gracias al que, en Vitoria, se podrán ver creadores y tendencias internacionales, algo que no hay oportunidad de ver en una ciudad tan pequeña como ésta. Pero creo que también tendría que contar con los creadores jóvenes que trabajan en Vitoria y Álava.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.