El gran duelo no se produjo

"Oahh, oahh, oahhh...", el zumbido de vocales abiertas que avanza de la curva norte a la sur, por donde gira el humo denso de 60 bengalas que se acaban de apagar convierten al Estadio Olímpico en un escenario agitado. Los hinchas fanáticos del Lazio, llamados Irriductibili, crean clima de combate. Son uno de los grupos más violentos de seguidores del fútbol italiano y se han hecho célebres por sus consignas y sus pancartas racistas. Los avala su proximidad al fascismo, en los años 30. Ayer calentaron el encuentro insultando a Helguera y exaltando a Simeone. Sabían que los dos jugadores mantuvieron una dura pugna en el partido de ida, pero no ayer. Su duelo sólo se prolongó en la grada.

El zumbido de guerra de los fanáticos romanos tiene apellido: "Simeone, Simeone, Simeo, Simeo, Simeone". Al escucharlo, el ex jugador del Atlético saluda a los suyos. Corre, estira, mueve el cuello. "¡Helguera vafa'nculo!", claman los ultras en el arranque. Nadie olvidaba que el madridista jugó hace tres años en el Roma, el rival vecino del Lazio. En el primer balón que tocó, Helguera fue al suelo. Avisado de su poder ofensivo, esta vez Zoff le puso un marcador. Uno que relevó a Simeone en ese trabajo sucio, y que ayer castigó a Helguera con varias patadas: Mihajlovic, reconvertido de central a medio tapón. Después de una patada, el cántabro se revolvió para protestarle al árbitro y recibió una amarilla. No jugará ante el Leeds.