Antonio Ranchal, el aristócrata del cante

Ayer, a primera hora de la madrugada e imprevistamente (estaba oyendo la radio), falleció en su casa de Puente Genil (Córdoba) Antonio Ranchal y Álvarez Sotomayor, quien en las décadas de los cincuenta y sesenta fue bastante popular como cantaor. Había nacido en 1929 en Lucena y le llamaban el aristócrata del cante por pertenecer a una familia de terratenientes. En 1959 obtuvo, en el II Concurso Nacional de Córdoba, un primer premio en el apartado de fandangos de Lucena y otros estilos cordobeses, en los que se distinguía especialmente. Ello le lanzó a una cierta carrera profesional, actuando en Madrid, en Televisión Española y grabando varios discos.

Dotado de grandes facultades, cantaba flamenco, como escribiera Hipólito Rossy, 'con la sencillez y la hombría de la gente del campo, no contaminado del barroquismo profesional'. A comienzos de los años setenta se había retirado virtualmente de la actividad flamenca, aunque seguía cantando en reuniones de amigos y fiestas íntimas. Sus restos mortales fueron trasladados ayer mismo a Lucena, donde recibieron sepultura.