'UPN y PSN están condenados a entenderse'
Alberto Catalán se ha convertido en el hombre fuerte del partido hegemónico de Navarra. A sus 38 años, este joven licenciado en Farmacia nacido en Corella, patria chica del presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz, fue elegido secretario general de UPN en el último congreso de la formación. Catalán, portavoz del grupo parlamentario regionalista en la Cámara de Pamplona, ha ocupado su nuevo despacho en la sede regionalista y ya ha comenzado a introducir visibles cambios en la estructura del partido.
Pregunta. Nunca se habían escuchado en un congreso de UPN reproches internos tan fuertes sobre la acumulación de cargos públicos y políticos en las manos de pocas personas. ¿A qué atribuye tales críticas?
'Teniendo clara la defensa de Navarra, lo demás, la ideología, muchas veces sobra'
Respuesta. A determinadas situaciones personales y políticas de quienes las hicieron. Al final, los afiliados han vuelto a demostrar que estamos en lo correcto y nadie ha puesto en duda la gestión de los últimos años. La coincidencia en ciertos cargos es un hecho que se da en casi todos los países democráticos europeos y comunidades autónomas españolas. Por otro lado, la experiencia de liderazgo del partido y del Gobierno por personas diferentes que hemos vivido en UPN no ha sido muy buena.
P. Es decir, que el que Miguel Sanz atienda las obligaciones de Gobierno y usted las de la portavocía parlamentaria no supondrán una desatención a las tareas internas de UPN.
R. Exactamente. Son tareas perfectamente compatibles.
P. UPN es peculiar hasta en su asamblearismo decisorio. ¡4000 afiliados llamados a elegir a todos los cargos directivos!
R. Sí. La transparencia de UPN es total y sorprende a muchos. Me da la impresión de que somos el único partido español y me atrevo a decir que europeo que presenta unas cuentas saneadas porque hemos sabido administrarnos perfectamente y nuestro respeto por el afiliado es total. Sólo con estar al corriente del pago de las cuotas puede ejercitar su derecho a elegir a todos los cargos de la dirección.
P. ¿Tanta unidad ideológica en UPN puede llegar a anular la capacidad de debate?
R. No. En UPN hay mucho debate, lo que ocurre es que somos un partido que está en el Gobierno, en los principales ayuntamientos de Navarra, tiene 22 parlamentarios, diputados, senadores. Es decir, que vive sus horas altas y, lógicamente, el descontento es menor.
P. ¿Tiene urgencia UPN por conseguir la mayoría absoluta en Navarra?
R. A mí me da la impresión de que más que un objetivo de UPN es un temor de la oposición. Prefiero ser más prudente.
P. ¿Si se consiguiera esa mayoría, mantendría UPN el compromiso de consenso con el PSN para los grandes temas de la región?
R. La costumbre de esta tierra es que siempre tiene que haber un entendimiento perfecto con el PSN, una sintonía casi total en cuestiones fundamentales. Y en esa línea, que es también una característica específica de Navarra, se viene dando un entendimiento perfecto entre ambos partidos que no se registra en otras comunidades. ¿Es eso bueno o malo? Desde mi punto de vista es perfecto porque UPN y el partido socialista están condenados a entenderse. Siempre que UPN y PSN han tenido una relación fluida, Navarra ha ido progresando. Tenemos un ejemplo: los últimos pactos firmados con el PSN, que están permitiendo que haya una estabilidad institucional, económica y social que nos ha conducido a tener, entre otras cosas, la tasa de empleo más baja de España.
P. ¿Vistas las ponencias políticas y los discursos del sexto congreso, es el nacionalismo vasco el mayor enemigo de UPN?
R. Yo lo plantearía a la inversa. ¿Es UPN el coco del nacionalismo vasco? Yo creo que esta afirmación es más correcta porque defendemos a ultranza la identidad de Navarra, y ésa es nuestra esencia. Y lo hacemos con rotundidad y contundencia. Fue nuestro eje fundacional y precisamente nuestra presencia política, nuestra proyección social, no capta adeptos en la ideología del reformismo centrista que propugnamos, sino que aglutina a todas aquellas personas que tienen muy clara la identidad propia de Navarra. Por eso en UPN cabe gente de la derecha conservadora, democristianos, liberales o personas de centro izquierda o centro progresista, en que algunos militamos. Teniendo clara la defensa de Navarra, lo demás, la ideología, muchas veces sobra.
P. ¿Cree que ciertas actitudes nacionalistas hacia Navarra les facilitan las cosas?
R. Desde luego. Las políticas nacionalistas no las queremos en esta tierra y exigimos respeto no sólo a la identidad y símbolos de Navarra, sino también a la voluntad de los navarros para decidir su futuro.
P. ¿Cómo explica el concepto de 'nacionalidad navarra' que el congreso ha incluido en su ideario?
R. No es una cuestión nueva. Reivindicamos el nacionalismo histórico de Navarra, sin las interpretaciones peyorativas del tema nacionalista. A mí no me gustan los debates estériles sobre la terminología. UPN es regionalista y foralista en una comunidad que tiene derechos históricos. Ésa es la explicación.
P. ¿No es contradictorio que los propios diputados navarros del PP hayan recurrido al Constitucional leyes emanadas de la voluntad del Parlamento foral y que están basadas en su capacidad legislativa propia?
R. El recurso obedeció a una determinada concepción de la persona, del ser humano, y de su comportamiento. Se antepuso a los derechos históricos la propia conciencia. En esta vida hay que tener la conciencia limpia y no se puede entender, por lo tanto, que se apruebe una ley en la que se permita a parejas de homosexuales tener en adopción a una criatura. Y no es cuestión de progresismo o modernidad, sino de derechos de los menores.
P. No obstante, en asuntos como el de Bardenas o la reforma de la elección del presidente foral, ¿hace el Gobierno navarro dejación de su capacidad legislativa ante sus socios del PP?
R. Lo cierto es que todo lo relacionado con la ley de Amejoramiento debe ser fruto del pacto con otros partidos y con el Estado. El consenso implica cesión. En Bardenas algunos buscan el escenario donde desarrollar una estrategia de enfrentamiento con Madrid. Pero si el objetivo es desmantelar el polígono, se debe buscar el entendimiento y el acuerdo con Madrid.
P. ¿Por dónde ha empezado usted la renovación de UPN?
R. Por el empeño en transmitir claramente a la sociedad navarra que UPN es algo más que un partido político. Buscaré un talante y unas formas abiertas. La renovación de personas y áreas de la nueva ejecutiva va destinada a incrementar la participación de la sociedad.
P. ¿Piensa en crear estructuras sociales colindantes con el partido?
R. Puede ser. De momento,hemos eliminado secretarías clásicas y hemos ido a la creación de áreas de actuación más amplias y modernas como la de participación ciudadana. Tenemos muchos cargos públicos y ese bagaje personal hay que abrirlo a la sociedad. UPN debe salir a la calle hasta que hablar de UPN sea igual que hablar de Navarra.
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