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Entrevista:ATAULFO BARROSO | RAPSODA

'El poeta debe escribir sobre lo bello, pero también de la miseria'

La inclinación de Ataulfo Barroso por la literatura no es nueva, pero que era un buen recitador, un 'rapsoda', e incluso un poeta popular es un descubrimiento reciente. Hace más de 20 años que tradujo por primera vez el Romancero gitano de Federico García Lorca al caló y aquella experiencia, aunque no cuajó en libro, fue gratificante. Pero Ataulfo es, sobre todo, un personaje peculiar, un albaicinero de ingenio fácil y humor fino que ha sustituito la libreta de apuntes de los poetas antiguos por una grabadora. Hace unas semanas ha publicado su primer libro, Vivencias de mi tierra.

Pregunta. ¿Le ha llevado mucho tiempo escribir el libro?

Respuesta. Unos seis meses. Lo empecé a escribir hace cuatro años. En él he puesto mis añoranzas: las placetas por donde corría, el río, los callejones. Antes los poetas llevaban libretas para tomar apuntes cuando surgía la inspiración. Yo la he sustituido por una grabadora y, sobre la marcha, improviso según lo que veo.

P. ¿Sólo lo bello es poético?

R. No. Mucho de lo que ensalzo también lo critico. Yo recuerdo, por ejemplo, la casa de mi infancia, en Alhendín, pero al mismo tiempo que un caudal de añoranza hoy, con el paso del tiempo y el abandono, es un muladar. El poeta debe escribir sobre lo bello pero también de la miseria. A veces, sin embargo, prevalece la hermosura.

P. ¿Cuáles son sus poetas predilectos?

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R. En general todos los de la Generación del 27, en especial Lorca y Aleixandre. También Gabriel Celaya.

P. El flamenco, supongo, que también habrá influido.

R. Sí, yo he compuesto muchas letras flamencas. Durante muchos tiempo fue mi vida artística. De hecho, mido los versos según los palos. Todos mis libros se pueden cantar. En éste primero hay tangos, tonás, deblas, zambras, martinetes... Marina Heredia, mi sobrina, está dispuesta a cantar algunas letras mías y espero que se sumen al repertorio de otros jóvenes flamencos.

P. Usted empezó traduciendo un libro de Lorca al caló. ¿Ha continuado?

R. Sí. De Vivencias de mi tierra he hecho una versión traducida al caló. Antes era más complicado abordar una traducción a esa lengua. Me tenía que basar en mis propias experiencias, de cuando viví en Europa con una tribu zíngara. Hoy, en cambio, abundan los libros y los andaluces somos conscientes de que el hablar en ciertos ambientes utilizamos medio centenar de palabras que proceden del caló. Se venden diccionarios y la comunidad romaní defiende y divulga su cultura.

P. Usted vive en el Albaicín ¿qué opina del estado del barrio?

R. El Albaicín es mi fuente de inspiración. Ahora, más que nunca, hay buenas perspectivas de que prospere.

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