Eucaristía a la parmesana
Un párroco celebra una misa en una pizzería de Guadalmar, una zona de Málaga que carece de iglesia
La fe mueve montañas. También las mesas y sillas de una pizzería de Málaga para disponer un improvisado altar desde donde el párroco, José Antonio Paredes, de 62 años, celebró ayer una misa ante unos 75 fieles. En la urbanización Guadalmar, situada en las afueras de Málaga, todos hicieron ayer un esfuerzo de adaptación para cumplir con sus deberes de católicos. El área que comprende Guadalmar, el barrio de San Julián, la Azucarera y la parte del aeropuerto carece de una parroquia y en esta zona viven unas 10.000 personas. Este hecho ha provocado que los vecinos, tras pedir durante mucho tiempo un lugar de culto, optaran por utilizar las dependencias de un restaurante italiano para la ceremonia de los domingos.
Fue uno de los residentes del lugar el que tomó la iniciativa y habló con Antonio Russo, propietario de la pizzería Frascati, para que les cediera el local en la mañana de los domingos, siempre que el oficio no interrumpiera el horario comercial. El sacerdote explica que Russo se mostró reticente en un principio al pensar que se trataba de una secta, aunque finalmente quedó aclarado que los solicitantes pertenecían a la iglesia católica. El dueño les cedió el salón del local en el que está ubicada la cafetería. La respuesta positiva del comerciante viene dada por una condición de católico, apostólico y romano, máxime por ser oriundo de la capital de la región del Lazio.
Delante de un cartel que reza: 'Cerramos la cafetería a las 10,15 hasta después de la misa', Antonio Russo precisa que no cede la zona de cafetería de su restaurante con fines publicitarios, ya que 'cuento con una clientela fiel'. Se confiesa muy cristiano. El propietario relata que en su país de origen es muy corriente que la gente que puede permitírselo tenga una pequeña iglesia en su casa. Él lo soñaba de pequeño y ahora su anhelo se hace realidad porque 'mi pizzería es mi hogar y mi templo'.
Los habitantes de la zona usarán la pizzería a lo largo de un año y medio, plazo en el que está previsto que esté construida una nueva iglesia. Hace una semana, el Ayuntamiento de Málaga concedió hace una semana un solar en Guadalmar al Obispado para la ubicación del santuario.
La experiencia de ayer satisfizo en general a los vecinos. Ana Sánchez lo considera un hecho 'extraordinario' y además se evita las molestias de tener que desplazarse a un colegio de San Julián los sábados por la tarde para asistir a misa. 'Ahora no tengo que volverme a casa de noche después del oficio de las 19,30'. No obstante, durante la ceremonia, una asistente se quejó levemente al padre Paredes porque la masificación del salón y la inexistencia de pasillos le imposibilitaron comulgar. Cosas que tiene la falta de medios. El sacerdote le conmino a la próxima semana en la que la asignatura pendiente es la mejora de los accesos.
Un representante del Obispado señala que la institución ve normal la celebración de la eucaristía en lugares donde no hay parroquia. Este portavoz puntualiza que estas situaciones son producto de la enorme falta de parroquias, sobre todo en la costa, problema que se acrecenta con el incremento de la población.
Durante el largo tiempo de construcción de una nueva iglesia en Guadalmar, en la pizzería Frascati el menú estará compuesto por pizzas, pasta, carnes y un ingrediente añadido, la sagrada hostia. Aunque desvincula lo religioso del negocio, el propietario ya ha introducido en la carta un plato con un toque eclesial. Se trata de dos piezas de masa rellenas que, introducidas en el horno, adquieren volumen. Es el 'sombrero del cura'.
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