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La ORA le cuesta al municipio 800 millones y es inútil para regular el aparcamiento

El PSOE denuncia que el sistema actual 'es una estafa para los ciudadanos'

El sistema ORA (Operación de Regulación de Aparcamiento) es inservible para controlar el estacionamiento en Madrid y, además, le cuesta al Ayuntamiento más de 800 millones al año. Los ciudadanos no respetan la fórmula y no reciben, por lo general, castigo por ello. Los responsables de Tráfico desde hace 10 años vienen reconociendo el fracaso del sistema.

En 1991, el por entonces concejal de Circulación, José Antonio Alarilla, del PP, ya admitió: 'La ORA, tal y como está, es un fracaso'. En 1997, el edil de Tráfico de aquel año, José Ignacio Echeverría, también del PP, repitió: 'La ORA no sirve; algo habrá que buscar'. Hace unos meses, el actual concejal de Movilidad Urbana, Sigfrido Herráez, reconoció igualmente que el sistema no funcionaba. A pesar de todas estas declaraciones, y de las continuas denuncias de la oposición por su inoperancia, el sistema la ORA sigue en pie y cuesta dinero al Ayuntamiento. En los presupuestos del 2000, el área de Hacienda prevé desembolsar por la ORA 1.366 millones, y espera ingresar, debido a la venta de tarjetas de residentes o boletos para aparcar ocasionalmente en la zona acotada, 528 millones. Resultado: 838 millones de déficit para las arcas del Ayuntamiento.

'Y si el sistema funcionara, no sería malo pagar esos 800 millones al año, pero como es algo que el Ayuntamiento no logra que se respete, no sirve para regular el aparcamiento. Así que son 838 millones perfectamente inútiles, que van a la basura', señala el concejal socialista Eugenio Morales.

De vigilar la zona ORA, que se extiende en un cuadrado que engloba toda la almendra central delimitado por el parque del Oeste, el Retiro, la calle de Francisco Silvela y la de General Yagüe, se encargan 145 controladores de la plantilla de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Otro centenar de empleados de la EMT, originariamente adscritos a la ORA, trabajan en las oficinas, ordenando multas y denuncias de infracciones de tráfico. Cuando la ORA se puso en marcha, a principios en 1981, y era más efectivo, un batallón de más de 500 operarios peinaba las calles para descubrir los automóviles que se saltaban las normas. El objetivo último de la ORA consistía en que los ciudadanos no usaran sus vehículos para acceder al centro de la ciudad. El año que se estrenó el sistema se vendieron un 10,5% de la totalidad de papeletas de aparcamiento posibles. El resto estacionó mal. En 1982 se llegó al 15,4%. Pero desde entonces, la venta, tanto a residentes como a automovilistas que aparcaban ocasionalmente en la zona, fue cayendo. En 1997 se llegó al 0,5%. En 1998, el concejal de Circulación de entonces, José Ignacio Echeverría, anunció, para revitalizar el sistema, que la grúa se llevaría los coches mal aparcados. La medida alertó a los automovilistas, ya que en ese año la venta de boletos de la ORA remontó al 5%.

Pero, según datos del Ayuntamiento, en el 2000 este porcentaje ya ha vuelto a caer: en noviembre, por ejemplo, el 97% de los boletos se quedó sin vender. El concejal Morales pronostica que seguirá despeñándose hasta llegar a las cotas 'ridículas' de 1997: 'Una vez que ha empezado a caer, seguirá cayendo por una razón simple y evidente: ni a los residentes ni a los que aparcan ocasionalmente les sirve para nada el abonar las tarjetas de la ORA'.

El edil del PSOE considera que cobrar a los residentes de la zona ORA 3.540 pesetas al año 'es una estafa por parte del Ayuntamiento'. Y lo razona: 'Es una estafa porque a los residentes que deseen colaborar, y paguen sus correspondientes 3.540 pesetas, el Ayuntamiento, que es quien cobra, no les garantiza un sitio para dejar el coche. Hay tanta gente que aparca mal, sin pagar, que el que paga no encuentra lugar y, por consiguiente, tampoco encuentra razones que justifiquen el pago'. Morales añade que la 'estafa es doble'. 'También se estafa a los ciudadanos que con sus impuestos sufragan un servicio municipal inservible'. El edil socialista considera que a los 800 millones que vale la ORA en 2001 hay que sumar lo que le ha costado a lo largo de los últimos 10 años: 8.000 millones de pesetas. 'En la zona ORA hay cerca de 40.000 plazas de aparcamiento en las calles. Si dividimos los 800 millones de pesetas que vale la ORA al año entre las plazas que existen el resultado es que cuesta 20.000 pesetas al año vigilar para nada cada plaza de aparcamiento'.

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'Se cambiará el sistema'

El concejal de Circulación, Sigfrido Herráez, del PP, está de acuerdo con sus anteriores colegas del PP y también considera que la ORA es un sistema obsoleto e inoperante si se trata de impedir que se aparque en el centro. 'La mejor respuesta a las críticas del concejal Eugenio Morales es la de hacerle saber que vamos a cambiar todo el sistema de regulación de aparcamiento en superficie en el centro de la ciudad, ya que vamos a desterrar el método actual de la ORA y vamos a hacer que esté regulada por parquímetros'.

El anterior concejal encargado de Tráfico, Echeverría, aseguró que el sistema de parquímetros sustituiría a la ORA. En 1995, el pleno municipal aprobó los pliegos de condiciones para adjudicar la instalación y gestión de estos parquímetros. Pero quedaron olvidados. Herráez asegura que tanto él como la edil María Tardón tienen pensado 'arrancar antes del verano'.

Morales no se lo cree: 'Después de oír tantas promesas, las palabras de Herráez no tienen la menor credibilidad.'

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