_
_
_
_
Reportaje:

Una casa con muchas vistas

Un almeriense construye una vivienda que gira sobre un eje y que tiene la mitad de su superficie sobre el aire

Los días de ventolera, esos en los que parece que cualquier casa puede empezar a volar, José Martínez Yélamos tiene que tomar precauciones especiales para que su vivienda no comience, literalmente, a girar. Y es que la casa de José, que ofrece la impresión de estar construida prácticamente sobre el aire, sin más punto de apoyo que un bloque cilíndrico de dos metros y medio de altura, está preparada para satisfacer los caprichos de orientación de su inquilino.

Que un día a José le apetece que las ventanas del salón miren hacia el Este, pues engancha su tractor a la base sobre la que se levanta la edificación y comienza a hacerla girar. Que se le antoja otro punto cardinal, pues vuelve a subir al tractor y coloca la casa mirando hacia el lugar previsto.

José Martínez es un agricultor de 46 años que reside en Las Hilarias, una pequeña barriada del municipio almeriense de Serón. Hace cuatro años decidió construirse una vivienda, animado por su amplia experiencia laboral en el sector de la construcción. Pero, lejos de plantearse si sería una casa de estilo rústico o moderna, más grande o más pequeña, José tenía pensado algo mucho más original: quería hacerse una casa a la que pudiera dar la vuelta cuando le viniera en gana.

Para ello diseñó un original sistema de construcción que se basa en un cilindro sobre el que se apoya la vivienda. Al interior de la casa se accede por unas escaleras de caracol instaladas en el interior del cilindro, sobre el que se levanta la vivienda unos dos metros y medio del suelo. Unas gruesas vigas cruzadas aseguran parte de los 40 metros cuadrados de la casa que quedan suspendidos del aire.

Bajo la base del cilindro hay una plancha redonda de hierro y en el interior de esa estructura, a una profundidad de unos dos metros bajo tierra, instaló un eje de un coche Seat 124 que permite hacer girar toda la construcción, con un mecanismo que recuerda al de un tiovivo de feria.

José Martínez sólo tiene que enganchar su tractor a la base del cilindro para conseguir que la casa comience a girar. 'Todo está hecho en un único bloque, a base de hierro y hormigón', explica José, quien afirma que las garantías de seguridad de su vivienda son absolutas. Tanto que asegura que es una casa a prueba de movimientos sísmicos. 'Si hubiese un moviento de tierra la base se levantaría unos cinco centímetros, pero ninguna de las estructruras de la casa se vería afectada. No hay posibilidad de que se caiga una pared, porque todo forma parte de una sola pieza'.

El argumento que ofrece José Martínez para explicar por qué decidió construirse una casa que pudiera mover a su antojo es tan sencillo como legítimo: 'Capricho que tenía uno'. El artífice y propietario de tan inusual vivienda valora mucho la garantía que le ofrece su casa para evitar los efectos destructivos de un terremoto. Casi tanto como aprecia el privilegio de poder acostarse y levantarse gozando de las vistas naturales del entorno en el que ha ubicado su hogar. La singular construcción evita la posibilidad de que cualquier otra edificación pueda estropearle el paisaje que se cuela por los ventanales de la vivienda.

La única prevención que ha tenido que adoptar ha sido la instalación de un recio cable de hierro, desde la base de la casa hasta una de las vigas que la sustentan, para que el viento no pueda hacerla girar.El cable sirve también para evitar bromas de vecinos graciosos. 'Algunos días al llegar a la casa me encontraba con que no estaba en la misma posición en la que yo la había dejado porque un vecino le había dado la vuelta con su tractor'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_