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Fotonoticia:ELISENDA NADAL | AMIGOS Y VECINOS

'Adoro el cine, pero más a mis hijos'

Pregunta. Me gusta Fotogramas porque te da mucha letra por tu dinero. Cada número me proporciona sus buenas tres horas de lectura.

Respuesta. Eso está bien, ¿no? Y parece que mucha gente piensa igual que tú: somos la revista de cine que más se vende. Unos 130.000 ejemplares. Aunque también es verdad que eso es una miseria comparado con lo que vende la revista de mi hermano Mariano, Pronto, que está en un millón de ejemplares.

P. Bueno, no tienen mucho que ver la una con la otra, ¿no?

R. Quizá Fotogramas es más fiel al espíritu de mi padre y Pronto al de mi madre. Yo creo que la revista de mi hermano le debe bastante a Garbo, que fue un invento de nuestra madre, la primera revista femenina sólida que se hizo en España... Puede que la gente lo ignore, pero la empresaria de la familia siempre fue mi madre, María Fernanda Gañán Cortés.

P. Menudo nombre.

R. Pues anda que el tuyo...

P. Es verdad, aún hay gente que cree que es un seudónimo.

R. Mi madre era extremeña, aunque aprendió catalán enseguida para que no se rieran de su acento. Ya te digo, ella era la auténtica empresaria. Mi padre tenía un carácter más soñador, le encantaba el glamour de Hollywood y esas cosas. Supongo que por eso bautizó el cine del que fue propietario como Maryland.

P. ¿El Maryland era de tu padre? Es donde nos llevaban los escolapios a ver una película el día de nuestro patrón, San José de Calasanz. ¡Dios mío! De repente me ha venido a la memoria la letra de nuestro himno, El alma de los niños. Y pensar que ahora es una sala porno...

R. Todo cambia. Tampoco el Fotogramas de ahora es el mismo que el de la época de mi padre.

P. Corrían rumores de que os llevabais fatal.

R. No es cierto. Lo que pasa es que el hombre tenía su genio. Era de los que se cabrean a lo bestia, pero a los cinco minutos ya se han olvidado del cabreo y te invitan a tomar un café.

P. ¿Nunca quisiste ser otra cosa que la heredera del Fotogramas?

R. Supongo que me encantó serlo. Estudié periodismo en aquella escuela que había donde ahora está el centro de arte Santa Mónica. Era una Barcelona anterior al diseño y había que tomarse las copas en los bares de putas de las inmediaciones. Lo que tampoco estaba tan mal.

P. En una época, Fotogramas fue algo más que una revista de cine.

R. Es cierto. Supongo que a finales de los sesenta, y en los setenta, siendo jóvenes como éramos, teníamos ganas de reflejar las cosas que el franquismo nos hurtaba. Àngel Casas tenía una sección estupenda de música pop, Enric Sió nos hablaba de los comics.... Se abrió mucho el abanico de temas, lo cual, todo hay que decirlo, descolocó bastante a mi pobre padre, que de repente veía como la redacción se le llenaba de melenudos y de sujetos atrabiliarios.

P. Y ahora Fotogramas sólo es una revista de cine, lo que tampoco está mal.

R. Una revista de cine que va evolucionando, porque si no, yo me aburro. Si no cambio cosas, si no me replanteo cada cierto tiempo adónde vamos, la cosa puede acabar siendo un aburrimiento.... Lo que no hay ahora, tal vez, en Fotogramas, es una conciencia de grupo, el componente generacional que tuvo, pero eso es normal porque todos nos hemos hecho mayores. Eso es algo que echo de menos en la Barcelona actual, y que conste que no estoy reivindicando la gauche divine, ni nada parecido: yo formé parte de ella, como tantos otros, sin enterarme. Echo de menos los grupos de gente unida por intereses comunes.

P. Tal vez los hay y no nos enteramos porque somos unos carcamales.

R. Puede ser. En cualquier caso, yo miro a mis hijos y me animo. Veo al mayor viviendo en Madrid, buscándose la vida. Al menor, con sus ideas para montar empresas vía Internet. ¿Te he dicho alguna vez que lo que más quiero en el mundo son mis hijos?

P. Varias veces, y me parece muy razonable. Pero es que tú tienes dos familias, la normal, con tu marido y tus hijos, y la alternativa, con tus compinches de toda la vida. ¿Aún celebráis vuestros famosos almuerzos?

R. Con menos frecuencia de la que quisiéramos. Jaume Figueras se pasa media semana en Madrid. Maruja Torres está muy liada con sus asuntos literarios y la promoción de sus libros. Y Terenci Moix.... bueno, ya le conoces, sigue fumando, no puede dar dos pasos sin que le dé un patatús, y a la que te descuidas acabas comiendo siempre en los restaurantes que tiene al lado de casa y a los que él considera que puede llegar sin que le transporte una ambulancia.

P. Aunque no tengas conciencia de grupo, Fotogramas sigue teniendo un buen equipo. A tu redactor jefe, Pere Vall, me lo cruzo a menudo en el videoclub y siempre acabamos hablando de lo mal que se editan los DVD en España.

R. Me consta que es un tema grave.

P. ¿Tú crees que es normal que muchas películas aparezcan con subtítulos en hebreo o en polaco, pero no en español? ¿Por qué muchos extras desaparecen de la edición española de tal o cual película? ¿Quien es el avaro o el cretino insondable que toma esas decisiones?

R. Yo es que no soy mucho de ver cine en casa, la verdad.

P. ¿Qué tal va el Qué leer?

R. No nos podemos quejar. Vendemos unos 30.000 ejemplares, lo cual es un éxito tratándose de una revista sobre literatura.

P. Ha habido que hacer concesiones, claro.

R. ¿Por ejemplo?

P. No sé, pienso en poner en portada a Boris Izaguirre, por ejemplo.

R. Boris es un tipo más inteligente de lo que parece.

P. No lo dudo. Y sé que Terenci le adora y comparten unos almuerzos muy divertidos, pero no es Paul Auster precisamente.

R. Ni Qué leer es el suplemento de libros de The New York Times. Con Qué leer se intentó, y tú lo sabes perfectamente, aplicar el estilo de Fotogramas al mundo de la literatura. Es lo mismo que haremos dentro de poco con una revista nueva que sacaremos y de la que no te puedo decir nada por el momento. Es una opción que tiene sus detractores entre los puristas, pero que a mí me parece muy válida.

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