Dirigentes de Unió creen que Duran olvidó el partido mientras fue consejero

Josep Antoni Duran Lleida está preparando una profunda reforma del comité de gobierno (ejecutiva) de Unió Democràtica (UDC) con el objetivo de reforzar la estructura organizativa del partido, consciente de su debilitamiento durante los 15 meses que ha permanecido en el Gobierno. El propósito de Duran es buscar un número dos e implicar en el día a día del partido cada vez a más dirigentes , después de que alguno de ellos le haya censurado su mayor dedicación al Ejecutivo de Jordi Pujol en detrimento de Unió.

Los dirigentes de Unió empiezan a analizar las repercusiones que tendrá la salida de su líder del Gobierno catalán y cómo afectará al funcionamiento interno del partido y a las relaciones con sus socios de Convergència. Pero si algo tienen claro es que Duran, por fin, ha seguido los consejos de sus colaboradores y de los miembros del consejo nacional que le demandaban una mayor dedicación en el engranaje de Unió después de haber dejado el partido en un segundo plano durante su corta experiencia como consejero de Gobernación.

Aunque históricamente el presidente del comité de gobierno de Unió nunca había participado en los gobiernos de la Generalitat, Duran optó por hacerlo después de haber ejercido como número dos de la coalición en la campaña de las autonómicas y tras conseguir un difícil equilibrio de poderes con Artur Mas en el seno del Ejecutivo. Por aquel entonces, algunos colaboradores de Duran ya le recomendaron que no entrara en el Gobierno, a sabiendas de que Jordi Pujol se decidiría finalmente por Mas.

Ahora, tras el portazo dado por Duran, no son pocos los dirigentes democristianos que opinan que el partido ha ido debilitándose paulatinamente y que ha perdido dinamismo durante estos 15 meses. Una situación fácilmente evitable y originada, a su juicio, por la determinación de Duran Lleida de hacer primar el Departamento de Gobernación por encima de Unió Democràtica.

'Durante estos 15 meses la estructura del partido se ha debilitado mucho', comenta un dirigente democristiano, 'Unió ha perdido fuerza debido a la fragilidad de su aparato y esto lo ha notado la militancia'.

Esta situación no es achacable en exclusiva a Duran. También se han dado factores internos. Unió ha atravesado una larga crisis por el caso Pallerols que ha acabado por lentificar su dinámica interna. El anterior secretario general, Ignasi Farreres, dimitió acosado por las presuntas irregularidades en los fondos de formación ocupacional, y su sustituta, Núria de Gispert, ocupó el cargo poco más de un año y además debía compaginarlo con sus tareas en el Ejecutivo de Jordi Pujol. El único equipo que se ha reforzado durante este tiempo ha sido el de Josep Sánchez Llibre, secretario de organización y responsable de la celebración de los dos últimos congresos de Unió.

Duran Lleida se ha fijado como principal objetivo de esta nueva etapa el nombramiento de un secretario general que ejerza como verdadero número dos de Unió y la reestructuración interna del partido. Con este propósito, iniciará en breve entrevistas personales con todos los miembros de la ejecutiva para conocer su opinión sobre los cambios. En principio, la idea de Duran es incrementar el número de personas del comité de gobierno que se impliquen exclusivamente en tareas de partido, consciente de que su fortalecimiento es el mejor antídoto para afrontar un futuro de eventuales conflictos con Convergència Democràtica.

Fuentes de Unió comentaron que la intención de Duran es ratificar a toda la ejecutiva -la mayor parte de la cual se elige en los congresos- y no prevé tampoco cambiar a los barones territoriales. Asimismo, mantendrá a Josep Sánchez Llibre como secretario de organización y a Jordi Casas como portavoz, al menos hasta el próximo congreso previsto para 2002.

El líder de Unió tiene previsto presentar los cambios en el consejo nacional extraordinario del próximo 24 de febrero, en el que también debe aprobarse el nuevo protocolo de relaciones con sus socios de CDC.