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Entrevista:VÍCTOR OLMO | JEFE DE POLICÍA DE ANDALUCÍA ORIENTAL

'Vamos a ser exquisitos en la aplicación de la Ley de Extranjería'

Desde diciembre es el jefe policial de Andalucía Oriental. Su carrera siempre ha estado vinculada a Málaga. Conoce bien la situación en la Costa del Sol, pero ahora sus competencias abarcan otras tres provincias con problemas diferentes, como la inmigración en Almería.

Pregunta. ¿Plantea una especial dificultad dirigir a la Policía en una región compleja como ésta?

Respuesta. El gran problema que acecha a la Policía es el de la coordinación. Se van a plantear problemas de todo tipo, al tiempo que evoluciona la sociedad. La región tiene cuatro provincias distintas en sus preocupaciones y para que todo funcione hay que cambiar las estructuras.

'Una cosa es la inmigración y otra que se use para que seamos el país que dé cobijo a los delincuentes'

P. Hace unos años se pensaba que las mafias en la Costa del Sol eran el principal problema. ¿Ha cambiado esta impresión con un fenómeno como la inmigración?

R. No. El pequeño delito es el que preocupa a los ciudadanos, y luego hay otros que afectan a las estructuras nacionales: tráfico de estupefacientes, trata de blancas, crimen organizado... Málaga, a causa del turismo, tiene una delincuencia que difiere de las demás provincias, pero eso no quiere decir que se reduzca a ese ámbito. En Almería esa delincuencia también está emergiendo.

P. La inmigración ¿es más un problema social que policial?

R. Es un problema humano. Se ha modificado la ley en varias ocasiones. La Policía no contempla al inmigrante como un delincuente, sino como alguien en situación irregular. Lo que ocurre es que una zona que tiene que asumir un gran número de inmigrantes sufre distorsiones, ciertos roces. Los problemas de El Ejido han venido por ahí. Otra cosa es que se use esa inmigración para que nosotros seamos el país que da cobijo a todos los delincuentes. Asumir inmigración, sí; asumir la delincuencia de afuera, no. Yo creo que por ahí va la Ley de Extranjería.

P. ¿La Policía ha recibido órdenes de aplicar la Ley de Extranjería con cierta cautela?

R. No. Lo que pasa es que vamos a ser muy exquisitos en su aplicación. Es una herramienta para expulsar a las personas dañinas, pero en ningún sitio de España se han hecho operaciones masivas de expulsión. Sería, además, una tarea imposible. Es más lógico abrir una vía de acceso a la legalización a través de convenios.

P. ¿Es cierta la percepción que tienen algunos de que la inmigración incrementa la delincuencia?

R. El ciudadano de a pie percibe eso. Si una población suma 10.000 inmigrantes es inevitable que alguno de ellos cometa un acto delictivo.

P. ¿La Policía sigue manteniendo la tesis de que en Málaga no hay mafias asentadas?

R. Depende del concepto de mafia. Puede haber mafiosos pero no mafias. El crimen organizado necesita estructuras y situaciones de poder en el tejido social. Y eso no lo hemos detectado. Hemos identificado a individuos mafiosos aposentados allí. Lo que hay que evitar es que lleguen a instalarse definitivamente.

P. Sin embargo, a la hora de expulsar a estos individuos, las relaciones entre la Policía y el Poder Judicial han chirriado.

R. Es que es lógico que chirríen, pues tienen funciones diferentes. Aunque están íntimamente relacionadas, la decisión última recae en la autoridad judicial. A la Policía le corresponde la detención, la preparación del atestado con pruebas suficientes... Si luego, en el juicio, sale en libertad, es normal. No todos los detenidos van a prisión. A nosotros nos facilitaría la tarea. Si después de mucho trabajo detenemos a un tironero, nos gustaría que al menos no estuviera suelto durante cierto tiempo, pero también los jueces y la ley contemplan que ese delito al ser menor no implique prisión. ¿Qué ocurre? Que tanto nosotros como el ciudadano nos vemos frustrados.

P. Hace días usted lamentó que la media de edad de los policías de Granada ronde los 50 años...

R. A mí me gustaría que el personal que tenemos en la calle tuviera 25 años, pero en la Policía hay puestos para aprovechar también la experiencia de quienes tienen 50. Quizá habría que hacer concursos de méritos para determinados puestos en que se contemplara la edad.

P. Usted también se ha quejado de la falta de coordinación de las fuerzas de seguridad.

R. Estamos coordinados en algunos aspectos, pero todo se puede mejorar. Por parte de algunos se interpretó mal, como un conflicto de competencias, pero sólo dije que una mejor coordinación da un mejor servicio.

P. El problema del terrorismo distrae también un número elevado de efectivos...

R. Efectivamente. Si uno tiene efectivos limitados, ya sean más o menos, pero se destinan a labores de prevención ciudadana o de patrullas se les vería. Pero si hay que destinarlos a luchar contra el terrorismo, la seguridad ciudadana se resiente, pero no sólo en Andalucía sino en toda España. El utilizar miles de funcionarios en escolta, vigilancias o contravigilancia impide que hagan la otra función de atención al ciudadano. Pero si lamentable es un robo, el valor principal es la vida.

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