Gil Olcina afirma que los caudales previstos en el trasvase Tajo-Segura nunca se cumplieron
'Aragón no tiene falta de agua, sino de inversiones en infraestructuras que garanticen el desarrollo de la región'. La precisión es de Antonio Gil Olcina, catedrático de Geografía, ex rector de la Universidad de Alicante y director del Instituto de Geografía de Alicante, quien hoy presenta, junto al catedrático Alfredo Morales, un libro sobre los problemas de la sequía en España. Gil Olcina desvela que las previsiones del trasvase Tajo-Segura nunca se cumplieron, al menos en la cantidad de agua que tendría que haber llegado a la cuenca del Segura.
La cuenca del Ebro carece de problemas de desabastecimiento por las aportaciones que llegan a su margen izquierda desde el Pirineo. 'Están garantizadas', aseguró Gil Olcina. A su juicio, el Ebro no tiene problemas de agua, ya que es la cuenca 'más caudalosa y regular' de toda la Península Ibérica, y 'no tiene peligro alguno de quedarse sin agua', aseveró. Los desequilibrios intraregionales, la concentración de población en Zaragoza y el proceso de desertización poblacional de Aragón son los problemas que, según Gil Olcina, deben de preocupar a los políticos aragoneses. A su entender, 'no se puede vivir con reivindicaciones anacrónicas'.
El ex rector, por otro lado, recordó que la primera fase del trasvase Tajo-Segura contemplaba una transferencia anual de 1.000 hectómetros cúbicos y una reordenación de superficie de regadíos de 136.000 hectáreas. Sin embargo, de estas previsiones iniciales las tierras se han roturado y transformado en superficie agrícola, pero la cantidad de agua prevista no ha llegado. El catedrático aseveró ayer que las soluciones planteadas en el proyecto de trasvase del Tajo-Segura 'nunca llegaron a culminarse', situación que ha desembocado en la sobreexplotación de los acuíferos en la Vega Baja.
Gil Olcina y el catedrático de Análisis Regional Alfredo Morales, presentarán esta tarde en el Aula de Cultura de la CAM el libro Causas y consencias de las sequías en España, que recoge las ponencias de los 17 expertos que participaron el pasado año en un congreso celebrado en la Universidad de Alicante.
En una primera fase del trasvase Tajo- Segura estaba previsto tranferir 1.000 hectómetros cúbicos cada año, 'pero el máximo que se ha trasvasado han sido 600 hectómetros, con lo que ha existido un déficit evidente', comentó el profesor. Sin embargo, en cuanto a las previsiones de reordenación de terrenos para regadíos, las previsiones sí que se cumplieron con la autorización de 136.000 hectáreas, para las que no llegó el agua prevista inicialmente, con lo que la segunda fase del trasvase tampoco se cumplió.
Ley desfasada
Gil Olcina recordó que la actual situación de sobreexplotación de los recursos hídricos en la Vega Baja estuvo provocada por la aplicación de una ley 'desfasada', como fue la Ley de Aguas 1879, que no fue reformada hasta 1985, y no contemplaba ni la extracción de recursos subterráneos, ni tampoco la contaminación 'intensa, inadmisible y condenable' del río Segura.
Los dos profesores universitarios recordaron que la sequía es un fenómeno 'normal dentro de la irregularidad de régimes pluviométrico de esta región', apuntó. El profesor distingue tres períodos distintos: una primera etapa de recursos económicos y medios materiales escasos; una segunda de grandes realizaciones hidráulicas, con la construcción de embalses y pantanos; y una última etapa en la que se han generalizado los cultivos hortofrutícolas de ciclo manipulado.
A juicio de Gil Olcina, esta agricultura especializada ha creado unas importantes demandas de agua. 'Pero en estos casos los recursos es mejor que sean localizados, porque las precipitaciones intensas dañan los invernaderos y las cosechas peligran', recordó en referencia a las lluvias torrenciales que en ocasiones han dañado frutales y hortalizas.
Por su parte, el catedrático Alfredo Morales recordó que al Instituto de Geografía de la Universidad siempre le ha 'preocupado el problema del agua en Alicante; nos hemos volcado en estas investigaciones, porque la falta de agua es un problema que hipoteca el desarrollo de esta región'.
El libro editado por la CAM recoge los trabajos de investigación de profesores de reconocido prestigio de diez universidades distintas. Algunos de los estudios hacen referencia a las sequías en las comarcas valencianas, las causas climáticas y geográficas de la escasez de precipitaciones y los efectos sociales y económicos de las sequías.
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