Vuelven los venenos
El exterminio de algunas especies animales mediante cebos envenenados fue una práctica común en Andalucía hasta comienzos de los setenta. Con las primeras disposiciones legales que amparaban a la fauna silvestre comenzaron a desaparecer estos y otros métodos no selectivos de caza. Todo parecía apuntar a que las campañas de concienciación en el medio rural y la persecución legal de estas prácticas, tipificadas incluso como delito, comenzaban a dar resultados. Sin embargo, a comienzos de los noventa la situación comenzó nuevamente a empeorar.
Solo en 1998, y según datos de la Junta, fueron eliminados por envenenamiento 15 buitres leonados en la Sierra de Ronda (Málaga), 20 buitres negros en la Sierra Norte de Sevilla y otros 11 ejemplares de estas dos especies en la Sierra Morena onubense. Además de estos carroñeros también se vieron afectados el águila imperial y el alimoche.
Todas estas especies, advierten los especialistas, son muy sensibles al uso de cebos envenenados. Sus poblaciones, además, son pequeñas y no podrían soportar varias campañas de exterminio como la que se desató hace dos años.
El regreso de los venenos está ligado a la disminución de los conejos, afectados por distintas enfermedades, situación que cazadores y propietarios de cotos achacan erróneamente a una mayor presencia de predadores, a los que han decidido perseguir de nuevo.
Después de revisar las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Medio Ambiente, el colectivo Ecologistas en Acción denuncia que es precisamente Andalucía la comunidad autónoma en donde mayor impacto ha causado el envenenamiento de fauna silvestre durante el periodo 1990-2000. En total se ha certificado la muerte de 1.938 ejemplares de distintas especies, lo que supone el 40 % de los casos registrados en todo el país a lo largo de la última década.
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