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Agut impone su ley en Terra

El enfrentamiento entre el presidente de la filial de Internet y su consejero delegado, Bob Davis, acaba con la salida del creador del tercer portal de Estados Unidos

Joaquim Agut tenía apalabrado su contrato con Xfera cuando La Caixa descubrió las cualidades del primer ejecutivo de General Electric en Europa a César Alierta, que acababa de ser designado presidente de Telefónica. Alierta telefoneó entonces a Agut, ferviente seguidor del Barça y amante de los caballos, para ofrecerle la presidencia de la nueva Terra Lycos, un proyecto del anterior presidente de Telefónica, Juan Villalonga, con todos los ingredientes de la nueva economía (elevado potencial de crecimiento, pérdidas multimillonarias, stock options y una evolución bursátil explosiva).

Agut no lo dudó. Buscaba cómo despegarse de Jack Well, presidente de GE, y evitar el traslado a EE UU. El futuro de Terra Lycos era una incógnita, pero Xfera todavía está en pañales y no empezará a dar servicios de telefonía móvil hasta agosto próximo. En Telefónica, Agut era un desconocido, pero su experiencia en el trato con los americanos resultó determinante para que Alierta le cediera el mando en Terra.

La filial de Telefónica consumó la compra de Lycos, el tercer portal de Internet en EE UU detrás de AOL y Yahoo! (MSN no entra en la clasificación porque está vinculado a un sistema operativo de Microsoft), el pasado octubre. Desde entonces la tensión en la empresa ha ido a más.

Villalonga se había reservado la presidencia de la nueva sociedad, pero dejó el día a día a Bob Davis, fundador de Lycos y considerado un experto en Internet, como consejero delegado. La llegada de Agut trastocó los planes. El ex directivo de GE es un gestor clásico y en su modelo de actuación la cuenta de resultados está por encima de otras consideraciones. Las diferencias con Davis y el equipo estadounidense no tardaron en llegar y el pasado jueves culminaron con su marcha.

Davis y los suyos querían más poder, basándose en el peso del mercado estadounidense en el negocio, su experiencia en Internet y su alta consideración entre los analistas de inversiones. Agut no cedió. Telefónica pagó más de 2,1 billones de pesetas por hacerse con Lycos y quien paga manda.

Sin embargo, cuando se anunció la compra de Lycos y las acciones del primer portal español empezaron a caer por el alto precio pagado, Telefónica lo justificó en la experiencia del equipo norteamericano, que sería la puerta de entrada para colocar a Terra entre los grandes de Internet en el mundo. Sin el apoyo de Davis, los analistas tienen dudas acerca del potencial de Terra. Además, Agut ha prescindido de Ted Philip, mano derecha de Davis y director financiero de la compañía. Le sustituye Elías Rodríguez-Viña, compañero de Agut en GE.

Agut, con el apoyo de La Caixa -accionista de referencia de Telefónica junto al BBVA- y sus buenas relaciones con el Gobierno catalán -la sede de Terra Lycos está en Barcelona y se ha comprometido a instalar un centro operativo-, mantiene cierta distancia de Gran Vía y ha asumido un gran riesgo. 'Yo dormía tranquilo sabiendo que Bob Davis estaba al mando', afirmó Paul Noglows, de la firma de inversión J. P. Morgan H&Q cuando se conoció la marcha del fundador de Lycos. 'Bob era de los pocos que hablaba de rentabilidad cuando nadie más lo hacía en el sector'.

El tándem Agut-Rodríguez tiene a su favor los resultados al cierre del 2000, con pérdidas, pero mejores de lo esperado por el conjunto de analistas. En contra, que los inversores han infringido un duro castigo a la acción desde que Bob se separó de ellos.

La crisis en Terra despierta otras incertidumbre. Davis dijo que dos cargos ejecutivos -él mimso como consejero delegado y Agut como presidente- eran demasiados para una misma empresa. Ese modelo es el mismo que existe en Telefónica con Alierta de presidente y Fernando Abril-Martorell de consejero delegado.

En la sede del grupo han tratado de mantenerse al margen de la crisis, aunque la caída de la cotización de Terra Lycos, en la que Telefónica se mantiene como primer accionista con cerca del 32%, se sigue con lógica inquietud. En enero de 2000, cuando Terra entró en el Ibex 35 llegó a valer 4,4 billones, sólo superada por Telefónica, BBVA y BSCH. Al cierre del pasado jueves, su capitalización era de 1,7 billones, aunque el varapalo que ha sufrido desde marzo de 2000 está en línea con el sector.

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