En Bilbao algunos se preguntaban si era un partido de balonmano

No hay depresión que no pueda sobrellevarse en compañía, y menos en un bar, en uno cualquiera del centro de Bilbao, donde los días de Liga se sirven sin distinción vino y fútbol televisado. El Athletic acaba de encajar el sexto gol en el Camp Nou y la preocupación de la parroquía acodada en la barra tiene más que ver con la Real Sociedad que con el equipo local. A estas alturas del marcador, la preocupación es solamente relativa, puesto que se trata sólo de saber si el Barcelona es capaz de marcar más goles al Athletic que a la Real, que encajó seis durante la primera vuelta en Anoeta.

Ya no se escuchan lamentos ni improperios. Los más afectados son los que más se ríen entre comentario y comentario. 'Quitando a tres o cuatro, el resto no sirve para jugar en Primera', sentencia uno. '¿Qué quieres? No hay jugadores vascos mejores que éstos', responde otro. Séptimo gol del Barcelona. Larrainzar resopla en pantalla; los jugadores del Barça se abrazan como desganados de tanto exteriorizar su alegría. 'Peor que la Real', resume una mujer. '¿No les metió un gol la Real?', se pregunta alguien. Se impone la amnesia. De hecho, cada vez quedan menos aficionados al fútbol en el bar, que empieza a llenarse de clientes ajenos al encuentro.

'¿Cómo van?', pregunta un ingenuo. 'Parece un partido de balonmano', observa el recién llegado. Nadie le ríe la ocurrencia. Ninguno de los que desfila por la pantalla se salva de la quema: uno es un 'vago', otro es un 'soso', el otro es 'torpe' y así sucesivamente. De hecho, la goleada parece no sorprender a nadie, vista la trayectoria de las últimas campañas: el Athletic sólo ha ganado una vez en los 12 últimos partidos disputados en el Camp Nou, ha encajado doce goles (cuatro por partido) los tres últimos años y arrastra un juego más que dudoso.

'Que tomen medidas'

Un amigo de las estadísticas recuerda cómo 'hace décadas' el Real Madrid goléo (8-1) a los vizcaínos en un encuentro de Copa del Rey disputado en el Bernabéu. Es la mayor goleada soportada por el Athletic, que también encajó un 7-1 en la temporada 1980-81 ante el mismo Real Madrid, ya en Liga, registro que superó ayer el Barça.

Esos números quedan rápidamente aparcados para recordar la visita del líder, el Madrid, la semana que viene, para recordar a la directiva del club que no está exenta de tomar 'medidas del tipo que sean'. El encuentro ha dejado de castigar a los aficionados del bar; ahora parece un partido cualquiera, no uno de esos de marcadores infinitos que abundaban a principios de siglo. Antes, el Athletic sólo aburría a su afición, que a falta de otra cosa alababa la capacidad pulmonar de sus jugadores. Ayer, ni eso resultó posible.