Dos guardias civiles escapan a un atentado en Pasaia al detectar que una papelera había sido movida
Dos agentes de la Guardia Civil lograron escapar a la explosión de una bomba de ETA, colocada junto a la garita de vigilancia del acceso al puerto de Pasaia por Lezo, al detectar que una papelera había sido movida y se había colocado junto a la caseta que iban a ocupar para realizar el control de los accesos a la instalación portuaria.
En lugar de acercarse a la caseta, cuando se encontraban a unos quince metros de la misma, los dos agentes decidieron, por precaución, marcharse en el mismo coche en el que habían llegado, un Nissan Patrol blindado. Justo en ese momento se produjo la deflagración.
La bomba contenía dos kilos de explosivo, según fuentes policiales. Y al estallar fue capaz de desplazar a un metro de distancia la garita blindada, de unas diez toneladas de peso, cuyos cristales antibalas quedaron totalmente agrietados y la estructura de la misma abombada. Ninguno de los guardias resultó herido.
Esta caseta de control del puerto desde Lezo suele permanecer sin vigilancia por la noche hasta que llega la primera dotación de agentes de la Guardia Civil, a las seis de la mañana, para comenzar su servicio una vez que se abre el acceso al recinto del puerto. Fuentes policiales señalaron que, aunque se desconoce la hora en la que fue colocada la bomba, los autores del atentado tenían vigilados a los agentes y conocían sus horarios, ya que el artefacto explosivo tenía un temporizador programado para provocar la explosión minutos después de que llegaran a la caseta. Esta misma garita fue atacada el 17 de septiembre de 1999, en plena tregua de ETA, por un grupo de encapuchados que lanzaron sobre ella catorce cócteles mólotov desde una zona elevada.
Tras el atentado, artificieros de la Guardia Civil rastrearon el lugar junto a perros adiestrados ante la posibilidad de que hubiera una bomba trampa en las inmediaciones. El acceso al puerto desde Lezo quedó cerrado más de cuatro horas hasta que se restableció la normalidad.
La portavoz de la Diputación foral de Guipúzcoa, Koruko Aizarna, condenó el atentado y se congratuló de que no hubiera causado víctimas. Además, reclamó a ETA 'que se disuelva y desaparezca'.
[Varios desconocdiso lanzaron ayer un cóctel molotov en un negocio de venta de libros en San Sebastián, sin que se produjeran víctimas].
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