Ibarretxe cree que el 'gran éxito' de ETA es que logra la división

Ibarretxe pidió una vez más a la banda que abandone las armas y 'deje de manchar' con sus atentados el nombre del pueblo vasco. En la misma línea, Josu Jon Imaz, portavoz del Gobierno de Vitoria, afirmó que los terroristas se han instalado 'en el camino de la locura'. Mayor, que también acudió a San Sebastián, dijo: 'Si todos los crímenes son inútiles y absurdos, éste no tiene la más mínima explicación'. '¿Para qué matar a un cocinero, que además está en un barrio tan popular como el de Loyola de San Sebastián?'.

Mientras, PP y PSOE destacaron que sólo la unidad, expresada en el pacto antiterrorista firmado por ambos, permite afrontar el dolor y combatir a la banda. El responsable de Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, subrayó: 'ETA trata de marcar la agenda polítca, pero no cambiarán nuestras convicciones ni nuestra política.

Begoña Errazti, de EA, cambió de asunto para señalar que no hay datos para pensar en una nueva tregua. Gorka Knörr, del mismo partido, lamentó que ETA se dedique a la 'destrucción sistemática' de Euskadi.

La práctica totalidad de las instituciones vascas, incluido el Parlamento, emitieron comunicados de condena de los que siempre se autoexcluyó EH. Así, mientras Patxi Zabaleta, representante de la corriente crítica Aralar, dijo que 'la lucha armada debe cesar unilateralmente', la dirección de EH, a través de un comunicado, se limitó a 'lamentar' la muerte y culpó al Gobierno central de la situación por su 'nula voluntad de afrontar el conflicto'. Javier Madrazo, de IU, dijo que 'la mesa de HB es cómplice por omisión'.

El estupor que causó la muerte de Díaz queda patente en un comunicado de Elkarri: 'Si ETA considera que los derechos de Eukal Herria se defienden matando a un cocinero es que ha perdido el más mínimo sentido común'. O en las palabras de Fernando Savater: 'ETA busca ahora presas fáciles y desprotegidas'. Y las del Consejo Superior de Cámaras de Comercio: 'Ahora los supuestos enemigos son vendedores de golosinas, fontaneros o cocineros'.

En el plano internacional, la Comisión Europea, el Gobierno de Francia y Amnistía Internacional mostraron 'su firme condena por este acto atroz'.

Los Reyes también mostraron su apoyo a la familia, que además recibió la solidaridad de CC OO, sindicato en el que militaba Díaz, y del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte.