El PA anuncia un giro en las relaciones con los socialistas para reforzar su proyecto independiente
Los andalucistas están preocupados con la imagen amable de partido subsidiario del PSOE que ha proyectado en los últimos meses, en los que, por otra parte, el PA ha gastado casi todas sus energías en salir de la virulenta crisis interna que ha derivado en la inminente expulsión de Pedro Pacheco, el candidato en las pasadas elecciones autonómicas. Para pasar página de este trance -que tendrá una segunda parte, con la reciente creación del PSA y el pase de Pacheco al grupo mixto-, el partido nacionalista necesita marcar con firmeza su territorio y poner barreras al abrazo del oso socialista, cada vez más asumido por el electorado.
Antonio Ortega hizo pública ayer la nueva estrategia: renunciar al papel de bisagra que tantos réditos propició en convocatorias electorales pasadas, entre otros estar en el Gobierno de la Junta por dos legislaturas, y también en la alcaldía de Sevilla con regidores del PP (Soledad Becerril) y del PSOE (Alfredo Sánchez Monteseirín). Según Ortega, la ambigüedad del andalucismo fruto de esta vocación de árbitro es 'ya prehistoria'. 'Somos un partido de centro-izquierda, progresista y fuera de dudas', recalcó.
El afán de distinguirse de su principal competidor y, sin embargo, aliado, pasa por endurecer, incluso, la posición en el Consejo de Gobierno, aunque sin llegar a poner nunca en peligro la estabilidad del Ejecutivo. Para conseguir este difícil equilibrio, el PA se ha dado de plazo hasta la primavera. Los andalucistas revisarán en este período qué temas presentarán a sus socios como 'innegociables' y se esforzarán, en palabras de Ortega, por hacer llegar a los ciudadanos que el PA no es lo mismo que el PSOE: 'Tenemos alternativas distintas, diferencias claras y no estamos bajo la tutela de nadie'. El secretario general aseguró que su partido está en condiciones de formar gobierno en solitario 'mañana', y aunque no quiso precisar por qué, afirmó que el acuerdo con los socialistas en la Junta les han producido 'insatisfacciones'. 'Aquí no hay un partido más grande que otro, el PSOE puede ser más numeroso, pero nosotros no somos un partido chico'.
El giro de los andalucistas significará también replantear sus relaciones con el resto de los partidos, en especial con el PP, la otra alternativa plausible con la que los nacionalistas habían jugado hasta el momento para establecer pactos. En cualquier caso, la nueva política del PA dependerá de los resultados electorales que obtengan, primero, en las municipales de 2003 y, después, en las autonómicas de 2004. Si son bajos, la nueva etapa corre el peligro de quedarse en una mera táctica para ganar votos.
Antonio Ortega dijo que el PA da por terminado este fin de semana su proceso de renovación interna con los congresos provinciales de Almería, Jaén, Granada, Córdoba, Cádiz y Sevilla.
Congresos provinciales
Una vez eliminada las candidaturas de Mayoría por el Cambio, por la próxima expulsión de Pacheco y Mar Calderón, el que más interés despierta es el de la capital andaluza, ya que se enfrentan dos candidaturas respaldas por Ortega y el presidente del partido, Alejandro Rojas-Marcos, quienes en el congreso regional de octubre concurrieron en la misma lista contra la auspiciada por Pacheco, Mayoría por el Cambio, y la de Antonio Moreno, Nuevo Andalucismo.
En esta ocasión Moreno -que estuvo a punto de pactar con los pachequistas en octubre-, apoya a la lista de Rojas-Marcos, encabezada por Mariano Pérez de Ayala. En Cádiz, por el contrario, Moreno sustenta al candidato de Ortega, o viceversa, frente a un ex partidario de Pacheco.
A partir de ahora, el PA elaborará documentos y tomará postura en todos los asuntos andaluces, tanto en el ámbito autonómico como en España y la Unión Europea. La primera medida es plantear en el Parlamento europeo y el Congreso que se concedan un estatuto especial para Andalucía por su condición fronteriza con los países del Magreb, lo que hace que reciba un importante volumen de inmigrantes procedentes de África.
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