_
_
_
_

El Círculo del Liceo debatirá si admite mujeres como socias del club privado

El siglo XXI ha llegado también al Círculo del Liceo. El club privado, vecino del coliseo lírico barcelonés, fundado en 1847 y del que desde su creación sólo los hombres pueden ser socios, quiere dar entrada con el nuevo siglo a las mujeres como socias de pleno derecho. El radical cambio de postura de la junta que gobierna el club con respecto a una tradición cuestionada ampliamente desde hace años topa con la oposición de un sector de socios contrarios al cambio de estatutos, que se debatirá y votará el próximo 31 de enero.

La clave para eliminar de un plumazo la visión que la mayoría de la sociedad catalana tiene del Círculo del Liceo como institución retrógrada, conservadora, exclusivista e inmovilista no es otra que la del cambio de una palabra del artículo número 6 de sus estatutos: 'varones' por 'personas'. Un cambio que ahora propone la junta de gobierno que desde enero de 2000 preside el galerista Joan Anton Maragall, elegido por aclamación de los socios del club. Una nueva filosofía con la voluntad de abrirse más al exterior, que sigue el camino emprendido en 1992 por el anterior presidente de la entidad, Carlos Cuatrecasas, y que ahora Maragall, apoyado por su junta, quiere materializar con el más significativo de los gestos: posibilitar que las mujeres puedar ser socias de pleno derecho del Círculo del Liceo.

La junta encargó la pasada primavera sendos estudios jurídicos sobre el tema a tres abogados: el constitucionalista Tomás Gui Mori, el experto en derecho civil Jordi Maluquer de Motes y el especilista en derecho administrativo Antoni Muntañola. El dictamen de Gui Mori y Maluquer de Motes fue coincidente y favorable; el de Muntañola, sin embargo, apuntaba una posible colisión con dos derechos constitucionales, el del libre derecho a organizarse como cada sociedad crea conveniente y el que preserva la Constitución en su artículo 14 de igualdad, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión y opinión. Sobre esta base y después de haber enviado a los socios los dictámenes jurídicos el pasado mes de julio, la junta consideró que quedaba 'cuestionada la legalidad de que sólo los hombres pudieran ser socios' y optó por someter a votación un cambio de estatutos.

Pero después de más de 150 años de una tradición de manifiesta incorrección política como es actualmente la de no dejar que las mujeres puedan ser socias, era previsible que un sector se opusiera. En una carta fechada el pasado 11 de enero y dirigida a los socios del club, el grupo contrario a la propuesta asegura que 'los cambios afectan sustancialmente al espítitu y estilo de la institución y causa desunión'.

Sin argüir directamente en sus tesis que está en contra de que las mujeres puedan ser socias, este grupo ha intentado desde el 27 de diciembre pasado -un mes después de que la junta comunicara por carta a todos los socios la voluntad de debatir y someter a votación el tema- y en dos ocasiones modificar los estatutos de la entidad para dificultar una votación favorable.

El pasado 27 de diciembre y a petición de un grupo de socios se celebró una asamblea extraordinaria para someter a voto la limitación a cinco del número de votos delegados por persona en los temas referidos a cambios de estatutos. La petición no prosperó.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El voto delegado es una de las claves del éxito o fracaso de cualquier propuesta de cambio que se plantea en el Círculo del Liceo ante la escasa asistencia de socios a las asambleas, con una media de asistencia de unas 150 personas para una entidad con 1.120 socios. Aunque la asamblea del próximo 31 de enero se prevé mucho más concurrida de lo habitual, la obtención de votos delegados por cada una de las partes es una de las claves para que prospere o fracase la propuesta.

Asambleas extraordinarias

Ante el fracaso de la asamblea extraordinaria del 27 de diciembre, el sector opositor volvió a pedir otra a través de 26 socios -los actuales estatutos establecen que a petición firmada de 20 socios la junta debe convocar asamblea extraoridaria a celebrar en 15 días- para cambiar el artículo que establece que las decisiones se toman por mayoría de los votos emitidos por un total de la mitad más uno de todos los socios (561). La junta decidió no convocar la asamblea por considerar la petición 'un fraude de ley y un abuso de derecho' y por interferir la petición en el contenido de una asamblea convocada con anterioridad.

Además de modificar el artículo que impide a la mujeres ser socias, en el orden el día de la convocatoria del próximo 31 de enero también propone aumentar a un 10% del total de socios el número de personas necesarias para pedir la celebración de una asamblea extraordinaria.

Una colega inesperada

Poco podían imaginar los fundadores del Círculo del Liceo en 1847, cuando establecieron que, entre otros cargos públicos, el gobernador civil sería socio de honor de la entidad, que una mujer llegara nunca a ostentar el cargo, cuyo equivalente es actualmente el de delegado del Gobierno. Julia García Valdecasas es, por cargo, la primera y hasta ahora única mujer socia del Círculo del Liceo. De aprobarse el próximo 31 de enero el cambio de estatutos que propone la junta, García Valdecasas ya no estará sola, pero la primera mujer que pida ser socia del club puede encontrar en la entrada una alfombra de espinas a sus pies. Tendrá que superar una votación de admisión por parte de los socios, que hasta ahora nunca acudían, una vez al mes, a ratificar el ingreso de socios nuevos, que entraban automáticamente. Para ellas la asamblea de ratificación como socias promete ser concurrida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_